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La historia del niño de 8 años que fue torturado hasta morir en su propia casa

Un caso sin precedentes que sigue causando repulsión y coraje

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El pequeño Gabriel Fernández fue encontrado inconsciente en su casa de Palmdale, Los Ángeles cuando llegó la policía. Tenía el cráneo fracturado, varias costillas rotas, quemaduras en la piel y marcas de mordiscos y municiones incrustadas en la ingle. A pesar de que fue llevado al hospital para ser atendido, murió dos días después.

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Los médicos declararon muerte cerebral. Era la mañana del 24 de mayo de 2013 y apenas este miércoles, un jurado popular pidió la pena de muerte para Isauro Aguirre, novio de la madre del niño, quien se convirtió en el principal culpable por asesinato en primer grado con agravante de torturas.

Durante los ocho meses que el niño vivió con su madre y el novio de ésta, fue torturado hasta su muerte el 22 de mayo de 2013.

Isauro Aguirre, de 37 años, trabajaba como guardia de seguridad  y con sus 1,90 metros de altura y sus 120 kilos, se dedicaba a golpear al niño para castigarlo. Pero lo más retorcido del caso fue que él mismo confesó que disfrutaba pegarle decenas de veces y más fuerte que a sus hermanos, pues creía que él era gay.

Aunque su defensa no negó las acusaciones, argumentó que la muerte del niño fue accidental. De acuerdo con el informe de la fiscalía y el testimonio del hermano mayor de Gabriel, la propia madre fue cómplice pues tras los golpes de Aguirre, obligaba al pequeño a dormir dentro de una caja dentro de un armario, atado, amordazado y con grilletes en los pies. Además también hacía que se comiera heces de gato y su propio vómito.

Una foto del cuerpo del niño en la mesa del forense, cubierto de heridas de pies a cabeza fungió como evidencia de la tortura que este sufrió antes de morir y que días antes “se le privó de comida, recibió puñetazos y patadas, fue insultado, golpeado, humillado, acosado, le llamaban gay. Le sacaron los dientes a golpes y pasaba cada noche atado en una caja”.

La situación del pequeño Gabriel levantó polémica sobre los servicios sociales en el condado donde vivía ya que nadie hizo nada para detener el calvario por el que atravesaba. A pesar de que tenía muestras evidentes de maltrato en el cuerpo, ni sus profesores ni las autoridades locales intervinieron.

A mediados de noviembre, el jurado emitió el veredicto de culpabilidad contra Aguirre pero a pesar de que ahora le espera la muerte, no se inmutó al oír la condena. La sentencia definitiva será dictada el próximo marzo., mientras que la madre de Gabriel, será juzgada por asesinato en un juicio separado. También se pide la pena de muerte para ella. Esta sería la primera vez desde 2006 que se aplica la pena de muerte a una persona en el estado de California.

 

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