El 28 de septiembre de 2017 Liliana, de 45 años, fue a buscar a su hija al colegio. Sin embargo a dos cuadras de su casa, ocurrió lo impensable; un sujeto la interceptó y le cortó el rostro con una trincheta que llevaba en la mano.
Pero la pesadilla empezó hace 5 años, cuando Liliana volvía de una clínica tras unos estudios. En una esquina, un Renault 12 blanco la interceptó para hacerle una pregunta pero como Liliana no lograba escuchar con claridad, se acercó un poco más, sin contar que el hombre que estaba dentro la golpearía para subirla al auto y abusar de ella.
Liliana apareció a varios kilómetro de donde fue interceptada, entró a un negocio, sin fuerzas para comunicarse con su marido quien fue a buscarla. Liliana no se animó a confesar todo lo ocurrido ante la comisaría pues sintió vergüenza. Lo único que denunció fueron los golpes que el hombre le propició y el robo de un reloj. No mencionó que había abusado sexualmente de ella pero sí dijo que el sujeto la había obligado a «realizarle sexo oral» y que «había eyaculado en su ropa». Liliana sólo estuvo 40 minutos en ese auto pero para ella fue una eternidad.
En 2013, un año después del ataque y tras mucha terapia psicológica, Liliana comenzó a reconstruir su vida.
«Después de ese episodio comenzó a llamarnos, a mí y a mis hermanos. Mis papás cambiaron los números, aunque sólo se dedicó a llamar a mi casa constantemente», sostuvo Diego.
Liliana realizó reiteradas veces la denuncia pero la acusación no había pasado de ‘robo violento’. Eso era sólo el principio del martirio que viviría hoy.
«Una tarde, mi hermana estaba con mi mamá en la verdulería y este tipo pasó en bicicleta, chistando. Por eso creemos que vive cerca de casa», dijo para el portal Infobae.
Y es que aquel hombre corpulento de 45 años de edad, 1.80 m y pelo negro no dejaría en paz a Liliana pues las amenazas continúan y atentan contra la familia de Liliana.
El sujeto ha dejado mensajes en la puerta de su casa como ‘El enemigo oculto’, ‘En la línea de fuego’, ‘La muerte de un ser querido’ por lo que la familia pensó en mudarse, sin embargo parece algo imposible por el momento.
El sujeto desapareció por un año y Liliana llegó a pensar que todo había terminado sin embargo, a finales de agosto de 2017 sonó el teléfono de la casa y al responder, se escuchó una voz diciendo: «Qué linda que está tu hija».
Ahora, Camila, la hija menor de Liliana, no puede salir de la casa, no sale con sus amigos y cuando va al colegio, sus hermanos deben pasar por ella ya que varias veces han llamado preguntando sus datos así como para amenazar a los hermanos. Aunque esta vez ha sido la voz de una mujer que ha hecho pensar que el sujeto tiene una cómplice o que es él mismo modificando su voz.
Liliana y su familia viven con miedo pero las autoridades no hacen nada por ellos. A este punto, no les interesa saber por qué este psicópata los eligió para sus juegos sino que quieren recuperar la alegría y su vida.