Por Andrea Sánchez
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La violencia contra las mujeres se ha convertido en una pandemia. De acuerdo con cifras de ONU Mujeres, una de cada tres mujeres ha sufrido algún tipo de violencia física o sexual, principalmente a manos de su compañero sentimental. Miles de mujeres han salido a las calles a pronunciarse en contra de la violencia machista, pero parece no ser suficiente.
Hace meses la historia de Lucía conmocionó internet. Fue violada y empalada por dos hombres hasta su muerte. Después de esto, la bañaron, le cambiaron la ropa y la llevaron a un centro de salud, argumentando que su estado de salud se debía a una sobredosis, pidieron atención médica para ella, sabiendo que estaba muerta. Con el hashtag #NiUnaMás, mujeres alrededor del mundo salieron marchar, a pedir que la ola de violencia se detenga, pero de nuevo resultó insuficiente.
Mujeres desesperadas han recurrido a métodos violentos para defenderse. Una mujer originaria de Playa del Carmen, Quintana Roo, encontró a su pareja abusando sexualmente de su hija de 12 años. Luego de que el sujeto tuviera el cinismo de proponerle que tuvieran un trío, tomó un machete e hirió al hombre. Así dejó claro que para ella, lo más importante era salvaguardar la integridad de su pequeña hija. Fue puesta a disposición de las autoridades y el estado de salud de su pareja es reservado.
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Yakiri Rubio es otra de las mujeres que han recurrido a defenderse por propia mano. Hace varios años ella se encontraba caminando por las calles de la Ciudad de México cuando dos tipos la atacaron, la obligaron a ir a un hotel de paso donde ambos abusaron sexualmente de ella. Luego de que se quedara a solas con uno de ellos, le arrancó una navaja y se la clavó en la yugular. Al pedir ayuda, las autoridades la detuvieron como presunta homicida, sin hacer una investigación previa. Aunque fue absuelta y puesta en libertad, dejó ver cómo funciona el sistema de justicia en México y pasó de ser una víctima a victimaria.
Ellas son sólo dos ejemplos de mujeres que han tratado de defenderse de sus agresores. El dicho que reza «violencia, genera violencia» se está convirtiendo en una realidad para la millones de mujeres que a diario son violentadas. Casos como el de Karen Rebeca Esquivel, de 19 años, y de Adriana Hernández Sánchez, de 52, que fueron halladas en una maleta, nos hacen cuestionarnos sobre el nivel de inseguridad que viven las mujeres. No se trata de un llamado a la violencia, es un grito a la reflexión. Se trata de evidenciar el hartazgo de miles de mujeres que necesitan paz y seguridad para ir libremente por las calles.