Hemos visto cómo la tecnología ha venido a llenar cada espacio vacío de nuestra vida. Antes necesitábamos de reproductores de música, celulares, cámaras fotográficas y un montón de otros dispositivos para poder realizar todas nuestras actividades cotidianas, pero ahora el celular ha venido a destronar a todos los otros aparatos electrónicos para coronarse como el gran rey.
Con el auge y el perfeccionamiento de éste, surgió la moda de las selfies, fotografías que nos sacamos a nosotros mismos y las subimos frecuentemente a redes sociales como Facebook o Instagram.
El problema es que recientemente el investigador holandés Christyntjes Van Gallagher, descubrió una inquietante relación entre el sexo y la nueva moda de las fotografías. Según el estudio “El rodaje de las dificultades y la soledad”, elaborado en la Universidad de Wageningen, las selfies serían una llamada de auxilio ante un inminente abandono sexual.
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Para el desarrollo de su investigación, Van Gallagher analizó el comportamiento de 800 personas adictas a las selfies esperando encontrar actitudes egocentristas pero, lo que finalmente llamó la atención fue que el 83% de las personas entrevistadas no tenía una vida sexual activa.
Según el investigador…
Los adictos a las selfies evalúan su nivel de bienestar en la imagen que construyen de sí mismos, utilizando las tecnologías para manipular la imagen real que obtuvieron de sí mismos, y así poder vender algo que no existe y sienten sobre ellos mismos.
Estos parecen ser casos llevados al extremo. (No queremos verte preocupada desde hoy por cada foto que te tomes y por lo mal que podrían pensar los demás al verla colgada en Internet.) Aunque de todas formas, ¿podrías llegar a creer que en ciertas ocasiones las selfies sí responden a las carencias mencionadas en esta investigación?, ¿o será que las tecnologías han ocupado tanto espacio en nuestra vida que estamos descuidando las relaciones más básicas y necesarias?