Terminas una relación importante. Duró (o ni duró tanto), pero fue importante. Involucraste sentimientos profundos, involucraste personas, involucraste a tu familia. Tomaste decisiones importantes, hiciste planes. Te viste poniendole nombre a los perros golden que tendrían en esa casa de la parcela que tendrían en las afueras de la ciudad. Diste incluso un voto de confianza tan grande, que decidiste hacer cosas que nunca te imaginarías que harías, fue de presentaciones, de ir a matrimonios, de viajar de conocer esa parte de su personalidad que no conoce nadie más. Pero más terrible aún, conoce de tí eso que no le muestras a nadie.
Terminas, tienes pena. Después de tener pena, tienes rabia, luego de la rabia viene ese momento en que te transformas en un soltero nuevo, donde dices que no buscas nada más que un poco de diversión y lo peor es que te lo crees. Crees por periodos que de verdad esa es la forma de vivir eternamente, separando sentimiento y el cuerpo, pero sólo de los dientes para fuera, porque en el fondo igual quieres estar un día domingo haciendo cucharita.
Te convences tanto que lo logras y estás ahí, evitando cualquier situación que pareciera parecida a una relación: huyes del compromiso como si fuera el diablo. Te escapas de cualquier persona que parece demasiado buena onda, porque de repente te puedes enganchar tú, de repente se puede enganchar él y tú no quieres eso, tú quieres estar solter@.
De repente hasta que juegas a que te enamoras, juegas que pasa un tiempo prudente y haces como que sales con alguien. Y todo es un poco así, piensas que de repente las cosquillas en la guata son cosas de niños, eso no está en discusión, si sabemos que eso ya no pasa. Malinterpretaste, era algo de la juventud, si total lo que uno quiere es sexo, lo que uno quiere es pasarlo bien. Pero eso te pasa la cuenta, se te erosiona la parte más tierna, te olvidas de lo que significa abrirte el pecho y mostrarte tal cual eres, sin el miedo a que te hagan daño.
Porque para volver a querer a alguien en serio puede que sea necesario volver a tener esa capacidad de ser como un niño que no le importan un montón de cosas que ahora a tí si te preocupan ¿Cuánto te demoras en volver a tenerla? ¿Cuánto se demora alguien en volver a estar con alguien en serio? ¿Cuánto tiempo pasa hasta que alguien logra volver a enamorarse de algo en serio? ¿Meses? ¿Años?
Querer a alguien, aprender de sus mañas y fijaciones puede ser un proceso largo, pero más largo puede ser el olvidarse, lo sabemos de sobra. Quitarte hasta el ultimo poquito de miedo a que te vuelva a pasar, dejar atrás esa sensación de desconcierto de haber terminado algo, de sentirse frágil frente a otro, sentir que puede hacer lo que quiera porque te tiene un poco en sí.
Y de repente sientes que te pasan cosas con ese alguien nuevo. Sientes que otra vez esas cosquillas eran de verdad y las podías sentir con otras personas. Te pasan esos escalofríos que no te pasaban con ninguna de esas personas con las que saliste, e intentaste que pasaran cosas, porque simplemente pasaron sin que te lo preguntaras. Y otra vez podías estar como una niña, expectante a lo que pueda pasar y sin una gota de miedo más que la obvia. De hecho, si no resultaba esta vez, al menos sabías que tenías de nuevo esa sensación que habías perdido. ¿Cuánto tiempo debe pasar? ¿Cuánto espacio debe haber entre eso?
Cada uno tiene sus tiempos. En una rápida encuesta que hice ayer por Twitter la gente decía que entre 6 meses y 4 años. ¿Cuánto te demoras tú en volver a estar con alguien en serio?