Anne E. Becker, psiquiatra graduada de Harvard, realizó un estudio sobre los efectos de la televisión en las mujeres de Fiyi. En 1995, antes de graduarse, viajó a este país en donde apenas comenzaban a tener televisión (antes de eso, la electricidad era rara ahí). Uno de los aspectos que más le impactaron de aquella cultura fue la buena relación que tenían con la alimentación. Hasta ese momento, la percepción de una mujer bella era tener un cuerpo “grande y robusto”.
Sin embargo, tres años después, 11.3% de las mujeres entrevistadas aceptó haber vomitado al menos una vez para perder peso. Las razones, que quieren tener el cuerpo y la talla de las mujeres que aparecían en los programas de la televisión. La influencia de estos programas hicieron que estas chicas comenzaran a percibirse a sí mismas como “pobres” y “gordas”.
Para 2007, en un estudio que la misma Becker llevó a cabo en chicas de edad escolar en Viti Levu, la isla principal de Fiyi, 45% de ellas aceptaron haber vomitado intencionalmente para perder peso en el último mes. En algunos casos, sus mismas madres les habían dado recetas de purgantes de medicina tradicional. Además, el estudio reveló un abismo entre la realidad en que viven estas chicas (una economía agraria), y sus aspiraciones: 80% quería estudiar una carrera, incluyendo aeromoza, una profesión para la cual “sólo contratan a mujeres delgadas”, como comentó una de las entrevistadas.
Sin embargo, en este último estudio, la televisión y la obsesión por el peso no eran los únicos factores de riesgo. También lo era la violencia, cerca de 25% de estas mujeres reportó haber tenido pensamientos suicidas en el último año y 15%, que eran golpeadas.
¿Qué puede hacerse al respecto? Becker lucha por encontrar respuestas, aunque está consciente de que, como antropóloga y psiquiatra, su poder en el asunto es muy limitado. El rol de la familia y los profesores es también muy importante en la imagen que tienen las adolescentes sobre su cuerpo y en su autoestima. ¿Ustedes qué opinan?
Fuente: Harvard Gazette
