Estamos en la primera semana de febrero y todo el mundo habla de las vacaciones. Claramente, a estas alturas quienes aún no disfrutamos de nuestras merecidas vacaciones estamos a punto de colapsar por la sobrecarga de trabajo.
Me quedan horas para salir de vacaciones pero pareciera que la espera es eterna, lo peor que es veo como en mis redes sociales todos hablan y suben fotos en la playa, el campo o de comidas típicas que están probando en sus viajes. Esto me hace desesperar más. Cada hora que pasa me siento más cansada, seguramente debe ser por la ansiedad y obvio que por el trabajo y el terrible 2011 que viví.
Aún no tengo planeado lo que haré, pero por mi situación económica creo que solo me quedaré a vegetar en mi casa, un par de paseos por el día y nada más. Aunque no me importa, solo sé que ansío demasiado despertar cuando ya no tenga más sueño y si se me antoja quedarme ahí en mi cama viendo TV todo el tiempo que sea necesario.
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Me da envidia que mis amigos publiquen en Facebook y Twitter sus fotos de guatita al sol, disfrutando de las mejores cervezas frías, tragos exóticos o cuando publican: “Que rico recién despertando”, cuando son las 13.00 hrs.
No podré tomarme muchos días pero en esos cinco prometo hacer todo lo que ansío con mi alma, descansar.
¿Y tú sales este verano de vacaciones?