Hoy fue un día de esos en los que la Ley de Murphy estuvo en su máximo esplendor. Para los que no saben, esta ley es una forma de hablar de los infortunios de la vida o cuando todo sale al revés.
Por ejemplo, hoy en la mañana salí más temprano que nunca, con la ilusión de llegar muy temprano a la oficina, pero fail. Había la congestión máxima de autos y obvio que llegué más tarde que nunca. A la hora de almuerzo tenía toda la ilusión de comerme mi ensalada favorita y como nunca el local estaba cerrado y más encima, en la tarde, se me echó a perder el teclado del notebook. Lindo día.
Esta ley se expande en todo orden de cosas. En el amor también. Recuerdo que hubo un tiempo en que yo le gustaba mucho a un tipo y yo definitivamente ni lo miraba. Pero un día dejé de verlo por unos meses y se mueren lo exquisito que se puso. En ese momento le empecé a coquetear pero ya era tarde, él ya había conseguido novia.
También he sido víctima de esta ley cuando he querido comprarme algo. Recuerdo que una vez me enamoré de una cámara de fotos de esas antiguas. Junté por meses el dinero y cuando fui a la tienda a comprármela, ya la habían vendido. Es que no sé por qué hay veces en que los planetas se alinean para hacerte la vida un poco más compleja.
Sin embargo, si todo nos resultara siempre, la vida sería un poco aburrida y monótona. EL que pasen cosas buenas y malas está el equilibrio, pero de todas formas me gustaría que esta ley desapareciera.
Y tú ¿cómo has sido víctima de la Ley de Murphy?