Actualidad

Romper el Silencio

María Gracia Subercaseaux habla del maltrato a las mujeres.

Hace cuatro años trabajé intensamente en un proyecto fotográfico con mujeres agredidas, en ese entonces cada dieciocho segundos alguna de ellas era maltratada física, verbal o sicológicamente en el planeta. Las cifras exactas en segundos hoy no las he podido encontrar, sin embargo me he topado navegando en Internet con otras tanto más aterradoras.

PUBLICIDAD

Cada año mueren alrededor de 100 mujeres por la violencia sexista, la mayor parte de ellas a manos de sus parejas o ex parejas. Muchas fueron, además, violentadas sexualmente antes de ser asesinadas, informe de la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual. Dos millones de niñas son introducidas cada año en el comercio sexual. El 80% de las personas que viven en extrema pobreza (con menos de 1 euro al dia), son mujeres, mas de 500.000 mueren cada año por causas relacionadas con el embarazo, por falta de medios sanitarios, desnutrición, etc, durante la gestación, y millones de mujeres sufren la mutilación genital.

Todos estos horrores están pasando hoy, a vista y paciencia de todos nosotros. Liberar a las mujeres de la violencia no es un asunto solamente de las mujeres, sino de toda la sociedad.

Al mirar las fotos en el catálogo de la exposición vuelvo a entender perfectamente porque llevé las imágenes al movimiento y así al desenfoque. En cada toma obturé 18 segundos para crear una atmósfera de nebulosa, de inmaterialidad, de manera de poder mostrar esa otra dimensión, esa otra realidad, esa desigualdad que viven cada una de las personas afectadas por cualquier tipo de violencia. La igualdad lograría reinsertarlas volviéndolas nítidas y visibles, en lenguaje fotográfico serían mujeres a foco.

Desde el momento en que la sociedad transita sin verlas y sin escuchar sus llamadas de auxilio se hace cómplice de esta inmaterialidad dejándolas en estado fantasmagórico, invisibles e inaudibles para quienes vivimos fuera de su realidad.

El conceptualizarlas dentro de este estado, casi inmaterial da cuanta también de la relación que establecen ellas con su propia persona. Se han auto anulado debido a infinitas razones y dentro de ellas al temor que sienten, a la vergüenza de verse expuestas como víctimas y a las posibles represalias. Todo esto les impide hacer valer sus derechos como seres humanos, algunas ni siquiera comprenden que los tienen, pues esta sociedad patriarcal las ha hecho sentirse inferiores y merecedoras de tratos vejatorios.

Estamos frente a mujeres aterradas de vivir y por eso mismo no logran revertir la situación de desgracia en que se encuentran. Se sienten solas, desamparadas, muchas veces ni siquiera sus familias las respaldan bajo el pretexto de que el matrimonio es para toda la vida y que deben soportar lo que les ha tocado, otras veces hasta insinúan que “por algo será”.

PUBLICIDAD

Estas son las razones que las hacen callar y no denunciar, dejándole libre el camino a sus agresores.

El silencio es cómplice. Nuestro deber es ayudar a Romper el Silencio.

Foto destacado: María Gracia Subercaseaux
Más info en www.subercaseaux.com

PUBLICIDAD

Tags


Lo Último