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Compañero de la asesinada activista Berta Cáceres es acribillado en Honduras

El crimen se efectuó en medio de un desalojo de la policía a un territorio “recuperado” por organización indígena.

Tan sólo 12 días después de la muerte de Berta Cáceres, hoy el mundo lamenta el asesinato de otro activista hondureño y amigo de la líder ambientalista dirigente indígena. Nelson García (39), compañero de Cáceres en el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), fue acribillado por desconocidos mientras se dirigía a la casa de su suegra.

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El hecho se dio en el marco del desalojo de la comunidad de Río Chiquito. “El asesinato ocurrió en el marco del desalojo efectuado contra la comunidad de Río Chiquito (…) en el cual aproximadamente 100 policías, 20 efectivos de la policía militar, 10 del ejército y varios de la DGIC invadieron el territorio recuperado por 150 familias”, consignó el COPINH en su página de Facebook.

Lamentamos tener que informar que el compañero Nelson García fue asesinado cuando llegaba a la casa de su suegra a almorzar, luego de haber estado toda la mañana ayudando a mover los enseres de las familias desalojadas de la comunidad de Río Chiquito”, indicó el FanPage de la organización.

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En las redes sociales se especula fuertemente sobre las muertes “por encargo”. Desde el golpe de Estado en Honduras que derrocó al Presidente Manuel Zelaya (2009), el país centroamericano autorizó una serie de proyectos energéticos de bajo costo para las empresas. Casualmente, desde esa fecha que Honduras se convirtió en uno de los países más peligrosos para los activistas, teniendo el promedio más alto del mundo de asesinatos de líderes ambientalistas por cantidad de población: entre 2010 y 2014 sumó 101 crímenes fatales.

De acuerdo con la versión de la Policía de Honduras, el desalojo se efectuó de forma “pacífica” e incluyó “diálogo” con los dirigentes.

Gustavo Castro, miembro del COPINH, es el único testigo de la muerte de Berta Cáceres y teme por su integridad. “Mi vida corre peligro“, se titula la carta abierta que redactó el activista mexicano. Actualmente existe una fuerte campaña impulsada por Amnistía Internacional para que Castro escape de Honduras para que sea refugiado por su país natal.

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