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Un testimonio que abre el debate sobre el empoderamiento femenino

Liza Monroy tuvo que llevar a su bebé a un seminario de empoderamiento femenino, pero le pidieron que saliera de la sala porque su hija hacía ruido. ¿Qué tal?

Empoderamiento: un término que hemos utilizado bastante últimamente pero que, según este testimonio, todavía no logramos implementar en un 100%.

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Las mujeres somos y necesitamos ser una parte activa e indispensable en la sociedad. Al igual que los hombres  —así es, igual— trabajamos, nos educamos, somos profesionales y llevamos a cabo proyectos que generan un impacto positivo y sustancial en diversos ámbitos.

Pero, ¿qué pasa cuando lo que planteamos no se lleva a la práctica? Liza Monroy publicó su testimonio en el portal Jezebel, el que tituló: “Se me pidió que abandonara un seminario de empoderamiento femenino porque llevé a mi bebé”.

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En el texto, relata la insólita experiencia que vivió en un evento en el que ella misma sería la expositora junto a otras mujeres profesionales. Tuvo que ir con su pequeña hija Olivia, pero ya había arreglado con una amiga que la cuidaría mientras ella estuviera exponiendo.

Antes de que fuera su turno, su bebé había hecho un par de ruidos, propios de cualquier bebé. No lloró ni gritó, sólo hizo un par de ruidos. La mujer que estaba hablando en el panel cuando eso ocurrió, se le acercó y le llamó la atención:

¿Dónde está tu niñera? No puedes tener un bebé en este lugar. La niñera tiene que estar afuera con tu hija y cuando necesites amamantarla, vas a la sala que está dispuesta para eso.

Liza se sorprendió con todo esto, considerando que era un seminario de empoderamiento de la mujer y que las expositoras anteriores habían recalcado lo difícil que había sido para ellas compatibilizar su carrera con la maternidad.

La mujer que le dijo que debía irse por su bebé tiene más de 70 años, mientras que ella está en sus “treintas”. Inmediatamente, Liza pensó en el feminismo y en la diferencia que hay de ese concepto en las distintas generaciones:

Quizás en sus días de feminismo todo se trataba de entrar en el mundo de los hombres, escondiendo a los hijos. Ahora se trata de hacer lo que uno quiere. No consideramos algo malo cocinar o tener bebés.

¿Qué opinan sobre esto? ¿Cómo puede ser que esas mujeres que tanto lucharon en décadas pasadas por reivindicar los derechos de la mujer, le digan a otra más joven que salga de un seminario porque su bebé hizo un par de ruidos?

Tal como cuenta Liza en su testimonio, la tarea que tenemos las mujeres de esta generación es seguir esta causa, pero sin querer complacer, callar o agradar a las otras personas para tener lo que nos corresponde por derecho.

Muchas mujeres tuvieron que “esconder” su maternidad para poder ser respetadas; tenían que adecuarse “al mundo de los hombres”.

Las cosas cambiaron, no existe un mundo de hombres y otro de mujeres. Es sólo uno y aunque todavía se nos pase a llevar en algunos aspectos, tenemos que enfrentar a los que nos quieren hacen retroceder.

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