“Ya me compré las zapatillas, así que estoy lista para ser una runner profesional”. En el mismo minuto en que estás haciendo esta afirmación, una meta inalcanzable se instaló en tu cabeza y eso puede ser frustrante.
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Chicas, nadie se convierte en una runner profesional de un día para otro, aunque tampoco tienen que aspirar al profesionalismo para disfrutar de una buena rutina de cardio.
Uno de los errores más comunes que cometemos en relación al ejercicio es fijarnos expectativas o metas demasiado altas. Podría mencionar muchas razones que respaldan esto, pero sólo basta con hablar de las lesiones que puedes sufrir si te “tiras a la piscina” luego de meses de sedentarismo.
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El cuerpo necesita un ritmo para adaptarse a los cambios. Si llevas mucho tiempo sin hacer ejercicio, tu organismo no estará preparado. Cuando le empieces a mandar señales para que trabaje, reaccionará, pero no puedes tratarlo como una máquina que prendes y apagas así como así.
Deportista dedicado, resultados asegurados
Si eres impaciente, contrólate. Es físicamente imposible cambiar radicalmente de un día para otro, es por eso que los procesos son tan importantes en este sentido.
Si te apuras mucho, no vas a tener resultados porque te vas a lesionar a la primera corrida. Si te fijas metas realistas, que estén acordes con tu contextura, el tipo de ejercicio que haces y el tiempo que le dedicas, verás que en pocos meses tendrás un cambio notable.
Las expectativas tienen relación directa con la alimentación. Olvídate del “hoy día puedo comer mucho, mañana voy a quemar esas calorías”; puedes darte gustos, pero tienes que tener claro que tus esfuerzos en el ejercicio serán menos notorios si no comes de manera saludable.