Aunque nos encantaría escuchar que las mujeres y los hombres tienen las mismas oportunidades laborales, la realidad todavía evidencia prácticas inadecuadas, sobre todo en torno a la maternidad.
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Muchas mujeres profesionales acusan discriminación laboral y despidos injustificados sólo por el hecho de ser madres, y las cifras en Gran Bretaña no hacen más que respaldar este hecho; 60.000 mujeres son despedidas anualmente por embarazo.
En la sección “Women in Leadership” de The Guardian se cuentan algunas historias que detallan la sensación de algunas mujeres en torno a la maternidad y el trabajo, y la mayoría de ellas manifiesta que, a pesar de ocupar puestos esenciales en el funcionamiento de sus empresas, el embarazo fue la causa de su despido.
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Joeli Brearley, autora del artículo “Pregnant but screwed: the truth about workplace discrimination”, quiso compartir su testimonio para expresar su molestia con la discriminación que sufren las mujeres en sus puestos de trabajo:
Cuando me enteré de que estaba embarazada, estaba a cargo de un proyecto muy exitoso. A pesar de saber que al tener a mi bebé tendría menos tiempo, planeé todo meticulosamente para asegurarme de que mis clientes y proyectos estuvieran supervisados correctamente mientras yo estuviera ausente.
La historia de Joeli expone la situación de muchas mujeres no sólo en Gran Bretaña, sino que en el mundo entero. Lamentablemente, aún hay empleadores que piensan que la maternidad es un problema, una carga, y se basan en estas concepciones para despedir injustamente a mujeres totalmente capaces en sus trabajos.
El sistema legal tampoco permite que las mujeres, sobre todo aquellas que son dueñas de sus propios negocios, hablen de este problema abiertamente, ya que las resoluciones muchas veces exigen que la mujer mantenga la confidencialidad, destrozando su autoestima y confianza en sí misma.