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Autoconfianza: ¿es necesario mostrarse para aceptarse?

La tendencia en redes sociales es mostrar el cuerpo para revelar aceptación de sí mismo, pero, ¿es realmente necesario exponerse?

¿Cuál es la forma correcta de definir el concepto de autoconfianza? Quizás para algunos, la confianza en sí mismo significa dejarse llevar por lo que uno piensa o también, tiene que ver con una aceptación plena y completa de lo que se es en todas las dimensiones.

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Me gusta pensar que la autoconfianza tiene que ver más con la segunda descripción. Si miramos el diccionario, el significado que éste arroja sobre la confianza es algo como: “seguridad, especialmente al emprender una acción difícil o comprometida“.

Si nos basamos en esa descripción, la autoconfianza sería la seguridad que tenemos en nosotros mismos en todo sentido, más aún si eso que estamos haciendo representa un desafío o un compromiso con algo o alguien más.

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Todo esto me hace recordar los conceptos que han surgido últimamente en las redes sociales, como el orgullo por el cuerpo o como las campañas para aceptar las curvas y el sobrepeso.

No puedo estar más de acuerdo con el sentido de estas campañas, que se asocia a aceptar la diversidad y tolerarla. Lo que sí me genera un poco de ruido es esta necesidad que muchas personas se han auto impuesto de probarse a sí mismas que pueden luchar contra las críticas, exhibiéndose.

Entiendo que para muchas mujeres tener curvas es un orgullo y estoy 100% a favor de esto, lo que sí creo que puede ser dañino es que para reconocer su valor o belleza, deban exponer su cuerpo, algo íntimo y privado, que además será observado y evaluado por personas que no tienen ninguna intención de aceptarlos o tolerarlos.

Todas las mujeres son hermosas, no importa qué color de piel o cabello tengan, o qué talla de pantalón usen; lo importante es que la autoconfianza debe tener cimientos fuertes.

Si basamos el amor propio en lo que personas conocidas o desconocidas van a comentar sobre nuestra foto de Instagram, estamos dando la opción de que ellos opinen sobre nosotros, algo que, paradójicamente, nos molesta mucho en la vida real.

Me gusta que las mujeres no sean presas de los estándares que propone la sociedad, que usen lo que quieran usar, sin dar explicaciones. También me agrada que existan campañas que promuevan la tolerancia, pero lo que sí me gustaría más, es que no tuviéramos la necesidad de exponer lo nuestro para agradar.

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