Un nuevo trabajo, es como el primer día de escuela. A muchos les causa emoción y a otros pánico. Si eres de los últimos, entonces necesitas relajarte y entender que la situación no es tan mala como parece.
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Para empezar, pocos elegiríamos un ambiente de trabajo pesado o negativo, pero muchas veces no lo sabrás hasta que estés ahí y te des cuenta de lo que pasa cuando ya eres parte del equipo. El ambiente laboral es distinto al social, esto no significa que dejes de ser tú, pero sí tendrás que adaptarte al nuevo entorno y sacar provecho de todo lo que tienes para llevar las cosas lo más cool posible.
Saluda todos los días
No importa con quién te topaste en el camino, dar los “buenos días”, no solo habla bien de ti, también genera confianza y muestra tu disposición para acercarte a tus compañeros. Es importante que siempre hagas contacto visual al momento de saludar, esto demuestra mayor seguridad.
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Viste cómodamente
Ojo, no significa que no le eches ganas a tu arreglo personal, se trata de verte presentable pero sin exagerar. Los primeros días son para observar todo lo que pasa a tu alrededor. Si más de la mitad usan falda, seguramente la jornada es lo suficientemente cómoda para ese tipo de vestimenta, igual si usan tacones.
No quiere decir que debas vestirte como todas lo hacen, pero te da una idea sobre cuáles podrían ser tus opciones más adelante y no estar tan desentonada con ellas.
Pregunta todo lo que se te ocurra
Esto es importante durante los primeros días por varias razones. Para empezar, demuestra que reconoces que otros saben más cosas que tú y eso te hace más humilde. Por otr lado, te enteras de lo necesario para estar y superar tu jornada laboral.
Es una excelente oportunidad para ir detectando a aquellos compañeros que siempre estarán dispuestos a ayudarte y a los que lo harán de mala gana.
Sonríe
En el trabajo, queda prohibido desahogar tus penas y mal humor. Hay un tiempo y un lugar para todo, definitivamente la oficina no es uno de ellos. Además, es muy pronto para considerar que tus colegas son tus amigos y puedes confiarles todo, así que llévatela leve con eso de la plática personal.
Ayuda a tus colegas
Un “¿te puedo ayudar en algo?” es mas valioso que un “¿qué haces?”. Tómalo en cuenta siempre que te acerques a un compañero. Sobretodo, prepárate siempre para que te pidan ayuda, con tu mejor cara y tu personalidad encantadora.
Comparte
Creo que esta es de las mejores cualidades que un buen colega puede tener. Si llevas algún dulce o postre delicioso, no olvides llevar un extra para compartir con tus vecinos de oficina. También aplica para el auto, al salir no olvides preguntar si alguien va por tu rumbo.
Como puedes ver, no es nada que te implique un esfuerzo mayor. Si lo intentas, contribuyes a un entorno más amigable y solidario entre compañeros, lo que incrementa el rendimiento y mejora el ánimo de todos.