No todo en la vida es trabajo, y aunque siempre se nos ha dicho que para surgir en la vida hay que esforzarse, también es importante lograr un equilibrio entre las obligaciones y el descanso.
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Está comprobado que si una persona trabaja muchas horas sin parar, los niveles de agotamiento son mucho mayores a los que se producirían si, entre medio de todo ese tiempo, se toma un recreo para enfocarse en otras cosas durante un momento.
Los especialistas en educación dicen también que, luego de los 20 minutos, las personas pierden un grado de concentración y que para que la atención vuelva a ser óptima, es muy importante descansar la mente y la vista por unos minutos.
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Según el sitio MindBodyGreen, los recreos en el trabajo pueden ser muy buenos, y no porque se trabaje duramente por horas y horas vamos a ser más productivos, de hecho, es todo lo contrario.
Al igual que otras partes del cuerpo, el cerebro necesita relajarse. Después de correr varios kilómetros, es lógico que nos tomaremos un momento para descansar nuestros músculos. Entonces, ¿por qué si hemos trabajado varias horas, no consideramos igual de necesario darle un respiro a nuestro cerebro para que se recupere?
Tenemos muchas exigencias, y a veces, el tomarse recreos puede parecer, para algunas personas, un acto de holgazanería. Sin embargo, la ciencia ha comprobado que alguien que se detiene y descansa un momento de sus actividades laborales, será mucho más productivo que alguien que trabaja sin parar.
Todo se trata de redirigir la atención. Por ejemplo, si nos quedamos observando algo durante mucho tiempo, es posible que, en algún momento, nuestro cerebro nos obligue a mirar para otro lugar.
Si seguimos observando todavía, puede que aquello que nos llamó la atención en un segundo, ya no sea tan interesante y querramos buscar otra cosa más entretenida para mirar.
Lo mismo ocurre con el trabajo. Por más que nos guste lo que hacemos, el cerebro necesita enfocar su atención en otra cosa de vez en cuando, y si no lo hace, puede que ya no tenga el mismo interés o la misma energía para dedicarse a la tarea que se está haciendo.
Algunas empresas muy exitosas han decidido instalar camas en sus oficinas para que los trabajadores duerman siestas cortas, y con esta medida, han visto cómo sus niveles de productividad han crecido. Tiene sentido, ¿no creen?