Los leones marinos son animales adorables y no sólo por los de trucos que son obligados a aprender en los parques, tienen una gracia natural para verse hermosos aunque sólo estén echados en la playa. Lo triste es que montones de ellos y otras especies están muriendo de hambre debido al calentamiento global.
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En el Golfo de California, cerca de 1.450 crías han muerto sin sus madres desde el mes de enero. Aparecen sin vida en las costas del sur de California y la causa es el hambre. Las aguas de la costa californiana, cada vez más cálidas, alejan a los calamares, anchoas y sardinas que son los principales alimentos de los leones marinos.
Las madres tienen que alejarse cada vez más de la zona de parto, los alrededores de las Islas del Canal, para conseguir alimento. Suponiendo que las madres encontraron algo de alimento apenas suficiente para ellas, llegan con sus crías quienes no reciben los nutrientes necesarios y dejan la isla con muy poca energía como para buscar su comida.
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Algunos programas de conservación animal como el de NOAA se han estado encargando de la alimentación a la crías pero esta no puede ser una medida permanente ya que hay un ciclo natural que se debe cumplir y no hay algo que no tenga que ver con el cambio climático que podamos hacer más que aprender la lección.
Un poco más al sur, los pingüinos de Magallanes están pasándola muy mal. Un estudio publicado en 2014 descubrió que el responsable directo de la muerte de 200 polluelos de estos pingüinos era el cambio climático (Punta Tombo Argentina, 1983-2010). Este fenómeno aumenta la intensidad y frecuencia de las tormentas, lo que disminuye la efectividad de la reproducción de los pingüinos.
En los 27 años que duró el estudio, los pingüinos más jóvenes murieron a un ritmo más elevado por una combinación de hambre y la mezcla de temporadas exageradas de lluvia y calor. Sus jóvenes abrigos de plumas pueden mantener el calor cuando están secos pero no cuando están mojados, muchos de ellos mueren de hipotermia.
Casi el 65% de los polluelos murió cada durante el estudio pero cerca del 40% murió de hambre. Nos estamos acabando el planeta, y además mueren animales hermosos por nuestra culpa, ¿vas a seguir usando tu auto, pidiendo doble bolsa de plástico, comprando una botella de agua al día, consumiendo carne? Creo que tenemos que repensar qué de bueno aportamos al mundo.