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Tricotilomanía, la obsesión por arrancarse el cabello

A veces nos sacamos un par de pelos cuando cepillamos nuestro cabello, pero en la tricotilomanía, ni uno, ni dos, ni tres bastan para estar tranquilo.

Hay días en que no sabemos qué hacer con nuestro cabello; está feo, con frizz, grasoso y con una forma extraña. Sin embargo, dentro de las posibilidades que tenemos, sacarnos los cabellos uno por uno está lejos de ser una opción coherente.

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A pesar de que nosotros no lo creamos coherente, las personas que sufren de tricotilomanía no pueden evitar hacerlo. Esta enfermedad, tal como lo dice su nombre, es una manía por arrancarse el propio cabello.

No sólo sacan de raíz los cabellos de la cabeza, sino que de todo el cuerpo, llegando a extremos, como por ejemplo, la calvicie completa de la cabeza. Al ser una manía u obsesión, el tratamiento debe ser constante y progresivo.

¿Alguna vez vieron a una niña que mascaba o chupaba su propio cabello? La verdad es que esta acción también se relaciona en algunos aspectos con la tricotilomanía, y si se lleva al extremo, las personas empiezan incluso, a tragar su propio pelo.

Algunas de las causas que pueden llevar a una persona a sacarse su propio cabello son los trastornos obsesivo-compulsivos, estados de depresión, estrés post-traumático y también se cree que pueden haber ciertas alteraciones genéticas que gatillan esta manía.

Según el sitio Tricotilomanía.org, se dice mucho sobre la tricotilomanía, pero a menudo se hacen juicios sin tener un respaldo científico:

Por lo general, la tricotilomanía suele empezar en la infancia o en la pre-adolescencia. Puede ser temporal o reivindicante; la persona puede dejar de hacerlo un tiempo, pero luego volver a arrancarse el cabello con más intensidad.

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En este sitio, algunas personas comparten sus experiencias en relación a esta enfermedad y cuentan sobre lo difícil que es vivir con este trastorno.

Una chica dice haber sido víctima de burlas reiteradas en la escuela de parte de sus compañeros, que se reían de la calvicie que tenía en su cabeza por la tricotilomanía.

Esta enfermedad, como muchas otras, sí tiene tratamiento. La persona se somete a terapias sicológicas y con la ayuda de medicamentos puede llevar una vida más normal y controlar su manía.

Es muy recomendable que los padres observen si sus hijos exhiben algunos de los síntomas de la tricotilomanía, ya que mientras más temprano se detecte, mejores son los pronósticos para resolver el problema.

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