Queda poco para San Valentin y todo el mundo enloquece. Los que están en pareja compran regalos, reservan citas en restaurantes y arriendan piezas de hotel para pasar la noche con sus enamorados.
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Los solteros y solteras, ven esta fecha de dos formas: una lástima porque sería lindo compartirlo con alguien o una fecha que “realmente no me importa para nada, una estupidez”.
En algún momento de la vida me tocó estar de un lado o de otro, pero este año no me quiero poner en ninguno de ellos. Más que celebrar con alguien o salir de fiesta para encontrar el amor ese día, este 14 de febrero me voy a amar a mí misma.
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Después de todo, es el día del amor y el amor se manifiesta de distintas formas y desde varias perspectivas. Este San Valentín me voy a consentir, me voy a comprar chocolates, me voy a abrazar y besar a mí misma.
Creo que es una buena forma de darse cuenta que al fin y al cabo, somos lo más importante que tenemos y merecemos ser amables con nosotros mismos y tratarnos como nos lo merecemos.
No digo que es bueno rechazar el amor o las expresiones de cariño de otras personas, sino que lo esencial para ser feliz, es tener claro que nunca vamos a estar solas, y que estar soltero no es sinónimo de eso.