En el corazón de México —justo entre Michoacán y el Estado de México— podemos presenciar un fenómeno natural como ningún otro. Cada invierno recibimos la visita de las maravillosas mariposas monarca, cuyos sitios de reproducción e hibernación se les conoce como la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca.
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Todo comenzó con Fred y Norah Urquhard, quienes identificaron la ruta de migración de la mariposa monarca. En agosto de 1976 iniciaron una serie de investigaciones para conocer y proteger el hábitat natural donde estos fascinantes insectos forman sus colonias de hibernación. En 2000, el Gobierno federal estableció la Reserva de la Biósfera; al mismo tiempo Unesco declaró esta zona Patrimonio de la Humanidad.
Se trata de un área de 56,259 hectáreas donde se forman entre 8 y 12 colonias de hibernación; de los cuales sólo 4 santuarios son accesibles al público:
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- La Mesa: cerca de San José del Rincón, Estado de México.
- El Capulín: cerca de Donato Guerra, Estado de México.
- Sierra Chincua: cerca de Tlalpujahua y Angangueo, Michoacán.
- El Rosario: cerca de Ocampo, Michoacán.
La reserva está formada principalmente por bosques densos de oyamel (Abies religiosa), un tipo abeto propio de la región que sirve de refugio para las mariposas provenientes de Canadá. Entre sus hojas se posan enormes cantidades de monarcas, que pintan de naranja el paisaje y hasta doblan las ramas con su peso.
En un buen año de migración, se llegan a resguardar entre 30 y 50 millones de mariposas por hectárea. Esta densidad de insectos forma un fenómeno único; al volar por el cielo se puede escuchar miles, millones, de aleteos como si fuera el suave sonido de la lluvia.
Al llegar la primavera, las mariposas comienzan una migración de 8 meses hacia Canadá y de regreso. Durante este tiempo nacerán y morirán 4 generaciones consecutivas; aún así, las mariposas regresarán a los mismos sitios de protección, algo que aún no se ha logrado explicar.
Por desgracia este regalo de la naturaleza se encuentra en peligro, sí, por la mano del hombre. La principal amenaza es la tala ilegal en la zona. realizada por la madera y por la actividad minera en la zona. En este sentido, el oyamel se ha visto afectado a tal grado que actualmente se encuentra en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como una especie de preocupación menor.
Otro factor que amenaza lentamente a la reserva y la seguridad de las mariposas es la falta de infraestructura en los santuarios, donde se acumula la basura en zonas comerciales y estacionamientos. Como visitantes debemos estar conscientes de esto, para comprometernos a visitar la reserva con el mayor respeto posible. Entre todos podemos proteger la reserva y a las mariposas monarca.