Tomemos un momento para responder las siguientes preguntas. A lo largo del día… ¿Has utilizado algún refractario?, ¿tomas agua directo de una botella PET?, ¿dónde guardas la ensalada o el sandwich para tu lunch? Si todas las respuestas están relacionadas con el plástico, hoy tengo una propuesta que nos ayudará a reducir nuestro impacto ambiental.
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Les he platicado sobre los beneficios del vidrio como alternativa de la botella de agua. Esta buena práctica nos ayuda a reducir de manera significativa nuestra dependencia al plástico —ese que probablemente termine en el océano como parte de la isla de plástico o en el estómago de algún animal— y nos protege de agentes tóxicos como el fastidioso BPA.
El vidrio es un excelente aliado en la cocina: ayuda a mantener los alimentos frescos, las bebidas sin alteraciones y las compras a granel perfectamente organizadas en la alacena. Entonces, ¿por qué no hacerlo nuestro mejor amigo? A continuación, comparto algunas ideas útiles para aprovechar las piezas de vidrio que lleguen a nuestro hogar.
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- Guarda los frascos de vidrio. Si compras especies, mantequillas de maní o almendras, mermeladas, miel, procura guardar estos frascos y rellenarlos posteriormente con los mismos productos comprados a granel.
- Prepara conservas y mermeladas. Rescata recetas familiares, o pregunta a la tía Internet, para aprovechar frutas y verduras de temporada. Prepara salsas, mermeladas, conservas en vinagre, algún aceite a las finas hierbas.
- Excelente para guardar tus ensaladas. Mantener la lechuga fresca y crujiente es tan fácil en un frasco. Por supuesto, el enfrascado es todo un arte pero vale la pena por ser muy práctico, además de mantener los sabores y evitar que estos se dispersen en tu bolsa o mochila.
- Para transportar nuestra agua. Por supuesto, la botella de vidrio es ideal para llevar agua a todos lados, sea natural o con pequeños toques de sabor — un limón y jengibre rallado te darán un excelente empuje de energía.
Como siempre debemos ser conscientes del impacto que generan nuestras acciones. Si compramos nuestra mermelada favorita, y viene en frasco de vidrio, aprovechémoslo y busquemos la forma de conseguir esa misma mermelada a granel —por eso insistimos en el consumo directo al productor—. Otra opción es comprar frascos (de esos de cierta marca) con el compromiso de utilizarlos de forma eficiente.
De poco sirve comprar productos envasados en vidrio sin que tengamos una verdadera intención de cambiar nuestros hábitos de consumo, si se quedan arrumbados en una esquina esperando a ser utilizados. ¿Qué dicen?, ¿aceptan el desafío?
Desafío VeoVerde. Cada lunes lanzamos una propuesta, pequeños cambios de hábitos y ajustes en nuestra rutina diaria, para llevar una vida en contacto y equilibrio con la naturaleza.