Este fin de semana pasado, tuve la maravillosa oportunidad de asistir a un taller ontológico llamado “Mujer Bonita” en el que estuve conviviendo con 18 mujeres de todas las edades y personalidades con la única idea de hacer un viaje interior y revitalizarnos.
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Sí, fue uno de esos encuentros y autoexploraciones que me encantan, en donde toda la sinergia de voluntades es tan poderosa que hace magia. Así que tengo inspiración como pa’ aventar pa’ arriba, como dicen.
Y quiero empezar hoy por compartirte una de las técnicas más hermosas que existen para soltar. Porque si eres de las que les cuesta trabajito cerrar ciclos, dejar ir y perdonar, te aseguro que estás a punto de recibir una receta mágica.
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El Ho’oponopono es una técnica milenaria que nació en las tierras nativas de la isla hawaiana. Después de muchos miles de años, un señor llamado Ihaleakalá Hew Len (¿eh?) utilizó esta técnica de sanación para curar todo un hospital de pacientes criminales sin siquiera verlos a la cara, solamente con sus expedientes.
Esta técnica tiene como eje central “reconocer que todo evento que suceda en mi vida fue generado por mí”, y el procedimiento consiste en sanar en ti mismo todas las ideas y paradigmas, para entonces sanar a los demás.
Funciona como si limpiáramos los lentes con los cuales vemos el mundo, a las personas, las actitudes y las situaciones. Los limpiamos de prejuicios, culpas e ideas que nos fueron dadas o nosotros mismos les atribuimos. Es dejar de interpretar los problemas desde afuera y hacerlo desde adentro.
¿Cómo aplico el Ho’oponopono?
Actualmente, hay muchas meditaciones para aplicar el Ho’oponopono. Yo te voy a compartir la que a mí me funciona y me parece más fácil.
Esta técnica consiste en reunir 4 palabras mántricas. Se les llama palabras de “vibración alta”, o sea que es algo así como poderosas y mueven la energía del Universo cuando las pronuncias, de una manera positiva.
“Lo siento, perdóname, te amo, gracias”
Debes pronunciarlas juntas, lentamente y visualizando los problemas y las personas que te han generado algún daño, o a las que has generado un daño.
No debes decírselas a alguien en particular. Es un diálogo interior mientras todo tu pensamiento e intención se dirige a esa situación.
Por ejemplo…
Mi novio y yo quedamos de vernos en mi casa para salir con unos amigos. Llegó tardísimo. Yo estaba más que enojada, furiosa. Cuando llegó pareció no importarle, y eso me molestó aún más.
Normalmente le hubiera hecho una escena espantosa y la noche se hubiera arruinado. Entonces me acordé del Ho’oponopono; cerré los ojos, respire hasta que me calmé y repetí las palabras mágicas en mi cabeza: “lo siento, perdóname, te amo, gracias”.
Es importante que lo hagas con amor y tratando de no invocar emociones de culpa, mucho menos haciéndolo esperando que las cosas resulten por que sí. Recuerda que todo sucede, porque en ti sucede primero.
Y así fue. Regresé a él, con mucha tranquilidad y al cabo de media hora, me tomó la mano y me pidió disculpas. Claro que yo las acepté y continuó nuestra vida en armonía.
¿Por qué sucede? Hay toda una explicación bien fundamentada sobre ello. Por eso te comparto una conferencia en la que puedes escuchar más sobre esta técnica.
Eso que tanto has escuchado sobre el poder que tiene tu actitud ante las cosas, es cierto. No te pierdas la oportunidad de intentarlo y empezar a ver cambios. Porque, te lo garantizo, son inmediatos.
Ho’oponopono a todos.