En la actualidad, nuestro ritmo de vida nos desconecta por completo de lo más importante: de la naturaleza, del presente, de nuestra familia, de nosotros mismos. Caemos en el círculo vicioso del estrés, que genera desde dolores de cabeza hasta enfermedades crónicas — aunque, si cambiamos de perspectiva, puede usarse a nuestro favor —. Afortunadamente existen terapias holísticas que nos ayudan a encontrar el equilibrio; tal es el caso del reiki, la energía vital del Universo.
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Esta práctica — que se clasifica dentro de la medicina alternativa — (re)surge en Japón, a principios de la década de 1920, de la mano de Mikao Usui — resurge porque, según se dice, la técnica se practicaba tiempo atrás; en algún momento se perdió el conocimiento —. Después de años de estudio e investigación sobre la curación con las manos, Usui decide hacer un retiro de meditación, donde se cree que recibió la instrucción del reiki. Al regresar de la montaña, tenía la capacidad de curar con la imposición de manos.
Con el tiempo, el reiki se fue adaptando a la época que vivía, gracias al trabajo de maestros reiki como Chujiro Hayashi y Hawayo Takata, quien finalmente llevó la técnica a occidente. En Reiki existen varios linajes, varias técnicas, pero su propósito siempre es el mismo: una terapia alternativa que trabaja gracias a la energía vital del Universo, que nos ayuda a encontrar un balance de energía, ser conscientes de nosotros mismos y estar en el presente. Aquí compartimos algunos de sus beneficios.
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- Se dirige a donde más lo necesitas. Durante una sesión de reiki, el terapeuta entra en un estado de meditación que le permite saber dónde se necesita canalizar la energía. De cualquier forma, al entrar a nuestro cuerpo, el reiki se distribuye hacia donde más se necesita.
- Fortalece la consciencia personal. Al recibir terapias, con el tiempo aprendes a escuchar a tu cuerpo; si necesitas un descanso, hay una emoción que necesitas trabajar, buscas liberar el estrés, necesitas replantear tu estilo de vida. Reiki te guía a través de las terapias.
- Balancea la energía en el cuerpo. En esta vida moderna, nuestro cuerpo es más vulnerable a bloqueos de energía, mismos que pueden causar estrés y otros malestares — algo que se puede reflejar hasta en una gastritis —. El reiki ayuda a trabajar estos bloqueos, para que la energía fluya de manera correcta en un balance entre cuerpo, mente y espíritu.
- Relaja y reduce estrés. Un gran beneficio de reiki y, tal vez, el más tangible. En algún momento que te sientas estresada con el trabajo, los estudios, haz un tiempo en tu agenda para una terapia. Sentirás cómo te relajas y, con el tiempo, serás más perceptiva de las necesidades de tu cuerpo — algo que nos hace mucha falta desarrollar.
- Alivia dolor y ciertos malestares. Aunque el reiki no alivia enfermedades, ayuda a sobrellevar los dolores y malestares por medio de la energía; es una terapia de apoyo para distintas enfermedades — se ha comprobado que reduce la ansiedad en pacientes con cáncer y sida —. En lo personal, lo he comprobado en caso de lesiones como esguinces; la recuperación es mucho más rápida.
Estos son tan sólo algunos de los beneficios que se pueden experimentar a través del reiki. Queda en tus manos darle una oportunidad a esta maravillosa terapia alternativa. Entre más sesiones de reiki recibas, será más evidente el efecto en tu ser. Verás más beneficios y, tal vez, hasta decidas comenzar tu camino en la sanación holística a través de la imposición de manos.
La energía vital del Universo guía, alivia, motiva, sana, ayuda, conecta, reconecta. ¡Vive el reiki!