Como cuando conoces a un chico interesante, inteligente y, sobre todo, lo colocas en aquella categoría de pretendiente (para posiblemente después cambiarlo a la de “pretendejo,” pero, bueno, ésa es otra historia). Charlan un poco, se divierten, se conocen, intercambian alguna red social y justo te cae el veinte de que Pedro, Luis, Alfonso, Juan, David, Eduardo, Pablo, José, Armando, Antonio, Fabián o quizá Alexander (si es que tienes gustos más bien exóticos) no sólo es tu nuevo “algo” (o “nada”), sino que ya vienes cargando con otro intérprete del mismo personaje anteriormente.
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Tu ex. Tocayo de tu actual.
Puedes darle menor importancia. Puede que este detalle sea tan sólo un chiste local propio que tengas en momento algún par de veces cuando beses los labios de este nuevo hombre en tu vida. Pero quizá este “detallito” te tenga un poco incómoda.
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Si nos vamos a un punto de vista un poco frío (o tal vez sea que yo me paso de romántica), el que tu ex y tu actual se llamen igual tiene algunas ventajas:
- No hay problema con que se te escape el nombre del ex. Ya sea en algún momento muy poco adecuado. Como en la cama, ¡ups!
- Puedes reciclar los regalos de tu ex y dárselos al actual… Esperen, ¿qué? No. No, mala idea.
- Darle una nueva oportunidad al nombre y no encasillarlo en un estereotípico cliché, quizá. Darle una nueva oportunidad a Carlos 2.0 y olvidarnos un poco del Carlos 1.0, entenderlo como un completamente diferente individuo y aceptar que estás con Carlos López Pérez, ya no con Ramírez Fuentes. Dejaste ya a Carlos Alfredo Ramírez Fuentes y estás ahora en una relación con Carlos López Pérez… o, bueno, quizá sólo es tu “amigo con derechos,” ¡como sea!
En general, la situación podrías verla hasta con humor. Si en la relación hay confianza (que es lo más importante), puedes incluso bromear al respecto, pero sin acomplejarlo porque ya sabes que eso de hablar de los ex, tiene fama de casi siempre traer problemas.
Aquí lo importante es dar la espalda hacia al pasado, para disfrutar del presente que estás compartiendo con la otra persona.