La empresa Agrícola Rio Blanco cuenta con la aprobación gubernamental para construir una central hidroeléctrica en el río Cautín, a 9 kilómetros desde la ciudad de Curacautin hacia el volcán Llaima, en el camino que une con el Parque Nacional Conguillío.
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El sábado pasado, las comunidades mapuches se reunieron en el lugar para dar a conocer al mundo los atropellos que el modelo de desarrollo chileno-occidental comete contra la vida, la tierra y sus ecosistemas, en los espacios ancestrales y actuales del pueblo mapuche, en abierta contradicción con los estándares internacionales en materias medioambientales y de los derechos de los pueblos universalmente reconocidos.
“Hay predios demandados donde se construirá la represa y las comunidades no tienen soluciones a sus necesidades y demandas tanto políticas como sociales. Acá tenemos comunidades que están sin energía eléctrica y otras que tienen problemas de agua. Sin embargo, llegan empresas con todo el apoyo del Estado y de la institucionalidad chilena y se instalan para sacar todos estos recursos que pertenecen a nuestra comunidad”, denunció el werken Alberto Curamil.
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En el sector existen varias organizaciones que están luchando por la misma causa, dentro de las que destacan el Movimiento Consciente y Curacautín sin Represas, quienes verán la forma que tomará el proceso de movilizaciones que comenzarán este mes, para evitar la construcción de la obra.
