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Experimento social 2: Conocer a la gente de las redes sociales

Una de mis fijaciones termina siendo conocer a la gente con la que me llevo bien por las redes sociales. Así también es que me he topado con gente bacán, apañadora.

Cuando tenía 13 años tal vez, juntarse con alguien que habías conocido en la sala amarilla de Latinchat, era como una osadía. Primero porque una tendía a pensar que era algo muy peligroso y siniestro, probablemente tras ese ingenuo perfil había o un asesino en serie o un caníbal a lo menos. Pero hoy es algo común: ves un tweet que te gusta, ves que la persona que lo escribió, también comenta temas que te interesan. Se siguen, se contestan. ¿Por qué no encontrarse fuera de ahí?

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Por trabajo suelo conocer en ciertas épocas a mucha gente de Twitter y de Facebook que no conozco previamente y me encuentro con innumerables tipos de personas. Desde las que son muy iguales a como escriben o las que definitivamente no tienen nada que ver con lo que una se imaginó, como las son súper extrovertidas y en vivo son súmamente tímidas.

Pero aún así, conociendo siempre gente, me sorprendo cuando en otras circunstancias (un bar por ejemplo) alguien se te acerca y te dice ” Tú eres @elmundodepax, verdad?” o en una entrevista de trabajo aparece alguna de tus cuentas a colación y la persona dice ¿Tú eras @delosmandados? O que invites a alguien a algún evento, casi como deferencia y efectivamente llegue.

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Siempre es un poco raro, al menos yo me siento como observada y que no tengo el control y que me va a bajar las ganas de bloquear todas mis fotos y a borrar a todo el mundo que no conozco. Hasta que se me pasa y vuelve todo a la normalidad. Pero cada vez es más común que antes de conocer en 3D a alguien, ya sabes muchos datos o incluso de sus emociones a través de la red social, a tal punto de que saben muchas veces más que tus parientes o amigos.

Aunque siempre me quiero juntar con toda la gente, la necesidad como imperiosa surge luego de lo ocurrido con @Opiado: Un tuitero con el que conversábamos se suicida dejando un post programado para el día siguiente en octubre pasado. Ahí vino la reflexión

No puede ser que alguien te caiga tan bien y si te lo topas en un lugar público, ni siquiera lo podrías reconocer a ciencia cierta. No puede ser que la gente te caiga tan bien y no sepas cómo mira, cómo se mueve o cómo se ríe.

Pero, ¿será posible? ¿Acaso es posible, en esta carrera frenética de seguir nuestros propios caminos, conocer a los que van al lado? Porque si sumamos, más o menos hay miles de personas allá afuera que por alguna razón han visto algo tuyo y aún no se conocen. Hay miles de personas que tal vez te llevarías tan bien, pero no te has dado la oportunidad de ponerle atención.

Así, una de mis fijaciones termina siendo conocer a la gente con que nos llevamos bien por las redes sociales. Y así también es que me he topado con gente bacán, apañadora. Me he topado con gente que nos conocemos desde lo que escribimos y lo que sentimos al hacerlo, como podría conocerlas en una fila de una obra de teatro, en la barra de una salsoteca o en un encuentro ciudadano X. Y ahí están y podemos compatibilizar la virtualidad y la realidad.

Como dijo la @bruffinelli por ahí: “cuando alguien te parece bacán en online, debes hacer lo posible por integrarlo a tu offline”.

La puta virtualidad no nos puede quitar lo bacán de estar sentados comiéndose un completo, tomarse una piscola o riéndose de nuestras aficiones más nerds. No podemos quedarnos a mitad de camino entre ir por la calle y no conocer a nadie, para luego llegar a un computador a interactuar con un montón de gente que ni conozco y que podría conocer. Puedo dar vuelta el switch y tal vez ir por eso: conocer y acercarse a la gente que nos cae bien. O no, pero yo voy porque sí.

Ayer, cuando ya tenía a medio escribir este post, apareció el link de un hombre que se ha puesto como meta conocer a todos sus amigos de Facebook . Algunos lo consideran un loco, otros que acaso no tiene nada que hacer. A mí simplemente me parece que es una buena idea (Y sí, el tipo debe tener tiempo).

¿Por qué no? ¿Por qué no conocer a esa gente que está ahí? Y sí, hay que tener cuidado, no todo lo que se escribe es verdad y efectivamente hay gente sicópata en todos lados. Gente tan sicópata como la que crees conocer en vivo y salen un día con algo terrible.

¡Que las redes sociales nos sirvan para crear, convocar, mantener! ¡Pero todavía tenemos patria. Y calles y plazas y cafés para juntarnos face to face, ciudadanos!

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