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Bimbo cambiaría sus recetas para evitar impuesto

El impuesto mexicano a la comida chatarra hará que la transnacional modifique sus productos endulzados.

El impuesto a los alimentos de alta densidad calórica -conocido coloquialmente como impuesto a la comida chatarra- ya está provocando reacciones entre las empresas afectadas. Primero fue McDonald’s quien negó que la medida fuera a tener efecto para combatir a la obesidad. Ahora es Bimbo, la transnacional mexicana de elaboración de pan, la que afirma que cambiará la receta de sus productos para evadir el gravamen.

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De acuerdo con su director general, Daniel Servitje, si se aprueba la reforma fiscal (que contempla un impuesto de 5% a productos con 275 o más calorías por cada 100 gramos), la empresa reformulará las recetas de varios de sus alimentos; sobre todo, de los pastelillos, que representan hasta 13% de los ingresos que recaban.

Bimbo es dueña de diferentes unidades de negocio que se verían impactadas por la medida del gobierno, como Barcel (frituras), Tía Rosa (pan), Marinela (pan dulce) y Ricolino (golosinas).

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El Poder del Consumidor hizo análisis de diferentes productos respecto a su valor nutricional. Por ejemplo, el producto mantecadas de vainilla de Bimbo tiene las siguientes características:

  1. Un paquete de seis piezas tiene el equivalente a ocho y media cucharadas cafeteras de azúcar y casi 10 cucharadas cafeteras de grasa.
  2. Un paquete cubre hasta 284% de la cantidad máxima tolerada de azúcar diaria para un niño.
  3. Un paquete tiene 804 calorías, el equivalente a dos quintas partes de la cantidad recomendada para un adulto promedio.
  4. Tiene cero por cierto de fibra. Básicamente, es un producto hecho totalmente por harina refinada.

Este es sólo un ejemplo. En realidad, sería positivo si la empresa cambia sus recetas por algo menos dañino -aunque la solución real sería reducir y moderar el consumo de estos productos-. Lo cierto es que el impuesto a las calorías está siendo muy discutido, pues muchos (como McDonalds) coinciden en que es sólo una medida recaudatoria que se aprovecha de los malos hábitos alimenticios de los mexicanos.

¿Servirá este impuesto para hacer recapacitar a las empresas? ¿Ayudará a cambiar la alimentación de las personas? Por lo pronto, la medida está espabilando a la industria alimenticia en México. Si eso tiene un impacto positivo en la salud (o si las cosas siguen igual, pero más caras), será cuestión de tiempo averiguarlo.

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