Como modelo, sé lo que es trabajar con tu cuerpo y amoldarte a una específica talla. Pero también como persona consciente de mi salud, sé qué implican los extremos. Los males que significan para nuestro bienestar, sanidad mental y belleza física.
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Por lo mismo, cuando veo a actores que luchan contra sus necesidades básicas como lo es alimentarse, no puedo evitar pensar que para algunos el fin sí justifica los medios. Ya sea un premio por su gran adaptación al personaje o la portada de las mejores revistas de moda del mundo.
Esta vez le tocó a los hombres. Jared Leto, cantante y actor, perdió cerca de 20 kilos para su personaje en la película “Dallas Buyers Club”. Siempre ha sido un hombre bastante delgado, por lo que ahora a mi juicio es casi un esqueleto con un corazón latente.
Su transformación fue para representar a una mujer transexual. Hace unos días en una fiesta por el estreno de la película, el cantante de Thirty seconds to Mars contó que simplemente dejó de comer. Que su forma de caminar, sentarse e incluso de pensar cambió. Que a veces le costaba hasta mantener agua en su estómago.
A su vez, el actor Matthew McConaughey con quien protagoniza Leto en esta película también tuvo que bajar de peso sobrepasando los 20 kilos. McConaughey es conocido por su cuerpo musculoso y por trotar en las calles californianas sin camiseta. Tras este drástico cambio, quién sabe cuánto tardará en volver a ese gran molde al que ya estábamos tan acostumbradas.
Sin duda, Leto no es el primer actor que ha tenido que bajar o subir de peso para representar algún personaje en una película. Es imposible olvidar la gran fluctuación de peso que tuvo la actriz Reneé Zellweger subiendo casi 15 kilos para personificar a Bridget Jones y luego lo rápido que logró bajar ese peso para volver a su talla e incluso disminuir un poco más para la filmación del musical Chicago.
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Otro ejemplo de estas horroríficas dietas que hacen los actores por sus personajes es Anne Hathway y su dieta de 500 calorías al día durante tres semanas para Los Miserables.
Entre las consecuencias de bajar tanto de peso están:
- Problemas con tu autoestima. Puede significar un cambio en tu forma de verte y quererte físicamente.
- Cambios de ánimo. Generalmente cuando uno no come se pone más irascible.
- Infarto cardíaco. Te sube la presión arterial pudiendo llevarte a un infarto.
- Fatiga crónica. Te cansas constantemente y tienes poca energía para hacer ejercicio.
- Sufrir lesiones. Al tener menos grasa, tienes menos amortiguación para los golpes.
- Desórdenes alimenticios. Puedes desarrollar anorexia o bulimia al ver los resultados de tu dieta y llegar a extremos por querer ser más flaca aún o apurar la pérdida de peso.
- Arrugas. Al perder la grasa de tu cuerpo, tu piel pierde elasticidad y aumentan las arrugas.
Al final lo más importante es estar bien con uno mismo. Por lo tanto, tener una nutrición saludable y realizar ejercicio ojalá al menos tres veces a la semana. ¡Esa es la mejor receta para estar delgado!
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