Sí, lectoras lationamericanas, ya sé lo que están pensando: “¡¿Un picnic?! ¡¿En Latinoamérica?!”. Y es que aunque hemos heredado ciertas costumbres de nuestros vecinos del norte, quizá ésta no sea tan sencilla como regalar un par de caramelos a retoños disfrazados de Frankenstein.
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El picnic es una práctica que consiste en comer al aire libre en grupo y mayor contacto con la naturaleza. De preferencia, desde luego, en presencia de una bonita vista y, comúnmente, cerca de un lago. Más que nada, se trata de una práctica para compartir con amigos o familia de un disfrute bastante barato.
Los picnics al aire libre son una actividad que remonta más allá de los años 1700 y, sin embargo, han prevalecido gracias a que (aún) contamos con áreas verdes en diversos lugares de Latinoamérica y Europa como lo es España y Francia, que finalmente se cree que fue su lugar de origen.
Ahora, uno de los muchos consejos con respecto a los picnics es que se debe de empacar comida apta para las condiciones en las que uno va a encontrarse. Es decir, seleccionar un menú compacto, como bien podría ser unos sándwiches o baguettes en compañía de una botella de vino y un par de copas para, quizá, disfrutar con amigos.
No obstante, el lado al que me voy a enfocar hoy es al romántico. (Por supuesto.) Quizá de cuando en cuando sería lindo salir un poco de la rutina, de los restaurantes italianos caros y del quedarse en casa a calentar algún paquete plastificado en el horno de microondas.
Prepárense una cena en casa, decoren con una mesa y enciendan velas mientras descorchan un buen vino (porque, desde luego, lo más probable es que no vayan directamente a un parque público para hacer este picnic).
Así, pues espero se les ocurran muchas otras ideas románticas para compartir con su pareja.
Fuente: Cocktaildemariposas.com
Fotos: Blog.stylesight.com, Dailyapple.blogspot.com, Blogohlamoda.es