Hace unos días os hablé del tabouleh, y seguro que a más de uno le apeteció entonces hacer la receta, pues bien aquí la tenéis. Una receta fresca y rica y especialmente aromática.
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Como os comenté en el post anterior, el tabouleh se sirve al principio de una comida como si fuese un entrante, pero no se retira al servir el plato principal ni secundarios, si no que se mantiene ya que posee el efecto de abrir el apetito. Así que es ideal para comidas abundantes donde hay que comer, y comer, y comer.
Tiempo de elaboración | 30 minutos
Dificultad | Fácil
Personas | 4
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Ingredientes
Cómo hacer tabouleh
Empezaremos cociendo la sémola. Lo mejor es comprar la que viene ya precocida para hacer cous cous, es de tamaño mediano y solo, por lo general, hay que echarla en agua hirviendo con sal. Siendo la cantidad de agua la misma que la de la sémola.
Después picamos bien el perejil y la menta. A mi me gusta mucho más el cilantro que el perejil así que es lo que le suelo poner. Pero lo clásico es perejil.
Por último cortamos el resto de ingredientes en trocitos pequeños y aderezamos el tabouleh. Añadimos el zumo de limón, sal al gusto, y la mezcla de comino, canela y pimienta negra.
Consejos y sugerencias
Muchos os habéis fijado en nuestro lema de que cualquiera puede cocinar, y es que es verdad. Porque esta receta es un ejemplo. Mi tabouleh por ejemplo lleva, en comparación con los tradicionales, cilantro. Y además menos cantidad de perejil de la que debería. Todo es porque simplemente hay que adaptar las recetas al gusto de cada uno. Esa es la mejor forma de cocinar.