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La menstruación es y será un tabú por algunos años más. Si bien ya no esconden los comerciales de toallas femeninas, y cada vez son más friendly para el público en general, conozco a muy poca gente a la que le gusta hablar de ella. O escuchar de ella. Y es que probablemente nos han enseñado a sentirnos avergonzadas por menstruar.
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Pero en mi opinión, escuchar a alguien hablar de sus fluidos corporales puede ser más incómodo que pararse desnuda enfrente de una multitud. No me gustan los relatos de pañales de bebés, ni quiero una descripción detallada de la enfermedad intestinal que sufres y los estragos que causa en ti. Aunque con la menstruación es un poco diferente.
Tener dudas, sentir que algo anda mal o comentar sobre algún accidente (esos que son tan incómodos y, a veces, inevitables) con las amigas no me molesta en lo absoluto, pero tengo un límite. Y la sesión de fotos “There will be blood” de la revista Vice me rebasó.
Objetivamente hablando, está muy bien realizada. Pero hay algo que simplemente no me permite disfrutarla por completo, y después de platicar con algunas de mis amigas, ningún argumento naturista, pro mujeres, viva la résistance o sociológico me convence. Les comparto la sesión para que juzguen por ustedes mismas; y advierto de antemano que sería lo mejor no ver estas fotos en la oficina o si se consideran un público sensible a la sangre.