En las próximas semanas el Presidente de Chile Sebastián Piñera, presentaría un indulto para la mujer aymara, Gabriela Blas, quien se encuentra cumpliendo una condena de 12 años en la cárcel de Arica, tras ser acusada de abandono y posterior muerte de su hijo de tres años, mientras realizaba labores de pastoreo en el altiplano chileno.
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Dentro de los recursos utilizados para apelar por “el perdón” de Blas, se dice que no hubo un debido proceso, ya que al no contar en el juicio con un traductor, no se respetó su condición de aymara, por lo que en un futuro cercano la Contraloría General de la República podría conceder el primer indulto particular del actual Gobierno Chileno.
Este caso es seguido y apoyado por diversas organizaciones indígenas, políticas y respaldado por un informe del Instituto Nacional de Derechos Humanos.
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¿Cómo fueron los hechos que generaron la condena?
Un 27 de junio de 2007 en las cercanías del volcán Tacora, Gabriela Blas no pudo dejar a su hijo de tres años con familiares, por lo que cargó al pequeño en su manta y salió a pastorear llamas y alpacas. Sin embargo, dos de sus animales se extraviaron, por lo que dejó a su hijo en un sector “sin peligros” aparente. Tras una hora de caminata, regresó sin encontrar a su hijo, el que fue hallado el 2 de diciembre de 2008. El pequeño habría muerto finalmente producto de las bajas temperaturas que tuvo que enfrentar en su extravío.
¿Irresponsabilidad? ¿Falta de oportunidad? ¿Injusticia? ¿Libertad? Son cientos de interrogantes que aparecen ante estos desafortunados hechos de la vida, de la que Gabriela Blas podría ser lamentablemente, sólo una víctima.
¿Qué piensas acerca de esta dura condena de perder a un hijo y pagar por ello?