Antes, la idea de tener una cita a ciegas me parecía un poco más arriesgada que ahora. Claro, porque tenía que confiar en el criterio de la persona que arregló la salida con el Encantador Desconocido; y si decía que era guapo y amable tenía que tener fe en que era cierto.
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Sin embargo, con las redes sociales, para bien o mal de muchos, esa incertidumbre se redujo mucho. Aunque solo tuve dos citas “a ciegas” hace ya varios años al más puro estilo tradicional (“Nos vemos a las 7 en la puerta de la plaza. Tendré puestos un pantalón negro, blusa verde y cara de confusión”), hace poco tuve una cita que resultó todo un éxito, aunque ya no sé si llamarle a ciegas.
Una amiga quería presentarme a uno de sus amigos, así que me habló maravillas de él y me mostró algunas fotos de su perfil de Facebook (si hay herramientas, ¡hay que usarlas!) y me pareció interesante pero nada del otro mundo. Por azares del destino, acabamos siguiéndonos en Twitter al poco tiempo y resulta que es un tipo genial. Ahí fue cuando comencé a interesarme más.
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Discretamente (según yo), comenzamos a intercambiar tweets y así surgió una especie de amistad que acabó en un “deberíamos salir algún día de estos.”
Así es como, después de intercambiar algunos mensajes, hacer una somera investigación en las redes sociales – es decir, agregarnos en Facebook, checar fotos y su perfil en busca de alguna ex novia obsesionada reclamándole por algo, y todo el tango que viene con las relaciones 2.0, quedamos en ir al cine juntos.
Ya no hizo falta describir la ropa ni la expresión que tendríamos al esperar al otro, aunque claramente sería de nervios, porque ya nos conocíamos de alguna forma. Saludarnos y platicar se dio de lo más natural y tranquilo. Después del cine, fuimos a cenar y el reloj parecía avanzar tres veces más rápido de lo normal.
Y no, esto no termina en un romance tórrido ni en una historia candente, pero sí en una amistad que siento crecerá aún más porque tenemos mucho en común y creo que hay poca gente con la que me sienta cómoda hablando de cómo disfrutaba jugar con las Tortugas Ninjas de mis hermanos y no con mis Barbies.
Estoy acostumbrada a conocer gente así; una de mis mejores amigas y varias de mis relaciones han surgido gracias a -y por culpa de- las redes sociales desde hace ya mucho tiempo, pero sigo siendo pionera entre mis amigas.
¿Tú has salido con alguien que hayas conocido por internet o algún otro tipo de cita a ciegas?