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El hombre “OMEGA”

El Hombre Omega, El último hombre… vivo, de 1971 y dirigida por Boris Sagal, es una experiencia imperdible por su profecía negativa de un mundo que optó por la energía nuclear.

El Hombre Omega, El último hombre… vivo, de 1971 y dirigida por Boris Sagal, es una experiencia imperdible por su profecía negativa de un mundo en donde los países potencia  optaron por la guerra y el desastre nuclear, con un efecto en el telespectador similar al de  Huxley y su literatura distópica, guardando las distancias, por supuesto.

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Los entendidos dicen que esta película protagonizada por Charlton Heston es la peor versión cinematográfica de la mítica novela fantástica de Richard Matheson, I am Legend.

La película comienza cuando un vehículo rojo va a bastante velocidad por una ciudad vacía, terminando su loca carrera con un choque voluntario. Los teléfonos públicos suenan en un Ring-Ring infernal, mientras miles de papeles son movidos por el viento. Robert Neville (Charlton Heston), se topa con unos individuos vestidos con túnicas a los que ametralla.

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Mediante el mareador zoom, podemos ir conociendo la historia de este hombre de los setenta, con un estilo pop que nos engancha en el drama. El holocausto nuclear ya exterminó a toda la raza, hasta entonces preocupada por un progreso irracional, basado en el poderío nacionalista y el imperialismo. Por esta razón la gente ha sido exterminada.

Él es el único habitante en el planeta, en donde ya no son útiles los artefactos ni las riquezas materiales, por lo que su vacío existencial es verdaderamente desolador. La acción, sin embargo, siguen en curso por una lucha que el protagonista encarna en contra de unos albinos mutantes vampíros, consecuencia de la radiación, que están liderados por Matías, un perverso personaje.

La guerrilla comienza a tomar características mesiánicas, una vez que descubre que hay gente sana a la cual proteger, dentro de los que hay una mujer de color -refrendando el black power que hacía su penetración en la época- de la cual se enamora, pero ella como la Malinche, se une a Matías en busca de poder.

El desenlace muestra a Robert en un ejemplo de entrega y amor por la preservación de la humanidad, en una escena en una fuente de agua literalmente da la vida, por medio de su sangre.

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