Cuando se trata de cazar ballenas los japoneses son los más caraduras del mundo. Luego de que en la última “temporada de caza” en la Antártica tuvieran que retirarse después que la agrupación Sea Shepherd saliera a encararlos y evitara la caza masiva de cetáceos -que dicho sea de paso es un área protegida según acuerdos internacionales- han decidido tomar resguardos para su próximo periplo sea exitoso.
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Es por eso que el ministro de Pesca de Japón le pidió a la Guardia Costera del país que los acompañarán en su travesía “con fines científicos” para que puedan salvaguardar dicha caza y protegerlos a la vez de los Sea Shepherd que ya hicieron fracasar sus planes el año pasado.
Lo que más llama la atención de esta noticia es que una autoridad de gobierno pida protección para salir a cazar ballenas, lo que refleja que es una política de Estado el no acatar las normas y tratados internacionales sobre la protección de estos animales. Entonces, ¿qué se puede hacer para frenar a un país como éste?
El próximo 11 de julio se realizará la Comisión Ballenera Internacional en la isla británica de Jersey y para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea, “es responsabilidad de todos los países miembro de la CBI, especialmente de aquellos que forman parte del Tratado Antártico, como es el caso de Chile y otras naciones de la región, rechazar las intenciones de Japón de enviar naves patrulleras a la Antártica bajo la excusa de proteger una actividad que contraviene la moratoria sobre la caza comercial, viola el santuario de ballenas del Océano Austral y amenaza la conservación de especies en peligro como la ballena de aleta”.
¿Qué opinan de lo que quiere hacer Japón?