Madre hay una sola, la madre tierra nos provee – la Pachamama- la madre de Dios. Me saqué la madre, ándate a la cdtm, hidepu, etc. El sábado, a las madres no les fue muy bien. Nadie me quiere explicar porqué les dicen así, y francamente no me interesa gugulearlo.
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Querámoslo o no, las madres están presentes en nuestras vidas siempre. Podemos haberlas perdido, podemos llevarnos mal con ellas, pero aún nadie puede decir que no tiene madre.
Los griegos celebraban a su diosa madre de los dioses y de la tierra toda Rea; la Magna Mater romana también se llamó. El paganismo apagó su llama y dejaron de haber sacrificios de genitales destrozados con piedras ofreciendo la fertilidad a Rea, pasando el cristianismo a felicitar a María, la madre de Jesús el 8 de diciembre, cuando se conmemora el Día de la Inmaculada Concepción.
Pasaron los siglos y se fue recordando que no sólo las diosas y las vírgenes madres eran, y se le daba el día libre a los sirvientes para que fueran a visitar a las suyas, eso en Inglaterra y es en marzo. Pero el sentido más similar a la fiesta que celebramos hoy no se dio sino hasta el siglo XX, en Estados Unidos.
En 1905 muere la madre de una mujer gringa, Ana Jarvis, que creó en 1912 la Asociación Internacional del Día de la Madre, para usar la fecha del aniversario de la pérdida de su progenitora como la fecha en que se recordaría a las madres del mundo. Tanto molestó que le dijeron que sí.
Y como el mercado no es nada de tonto, se dedicó a armar ramos de flores, cajas de chocolates, perfumes, maquillajes, vestidos, abrigos, bufandas y carteras; recuerden que hablamos de unos años nada de igualitarios, así que también aprovechó para vender lavadoras, refrigeradores, centros de cocina, batidores eléctricos, aspiradoras y de todo para tener un hogar feliz.
Esto no le gustó nada de nada a la misma Ana, por lo que (oh, sorpresa en el país de las demandas) demandó al gobierno o al estado o da lo mismo a quien, para que eliminaran la fecha del calendario. Obviamente nadie la pescó.
