Meghan y Harry han sacudido al mundo entero desde que decidieron anunciar su retiro de la realeza británica y, más recientemente, con una polémica entrevista en la que dejaron ver cómo los estaba afectando emocionalmente estar dentro del sistema monárquico.
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Dejar a la familia no es un tema fácil. Se ponen en juego factores de confraternidad, lazos sanguíneos, sentido de pertenencia a un sistema y apego a los miembros que la conforman. Pero la decisión de los duques de Sussex nos lleva a reflexionar: ¿Es sano alejarse de la familia cuando esta nos resulte tóxica?
“Hice lo que cualquier esposo y padre hubiera hecho… Tenía que sacar a mi familia de ahí. Pero nunca fue para alejarnos, fue dar un paso atrás en lugar de retirarse”, expresó el príncipe Harry sobre el tema.
El paso atrás de Meghan y Harry derivó de la afección del sistema real
“No es un cuento de hadas”, dijo Meghan, refiriéndose a lo que puede creerse que resulta casarse con un príncipe. Tanto ella como Harry analizaron bien la situación y decidieron que no podían continuar allí. La presión mental y el protocolo, entre otras cosas, era demasiado fuerte.
A pesar de ser de sangre azul, el hijo menor del a princesa Diana y el Carlos de Gales se enamoró de una mujer mestiza con descendencia afroamericana. La pareja aseguró que desde el principio hubo comentarios sobre el color de piel de su hijo que obviamente no agradarían a nadie.

El acoso de los medios, por otro lado, generaba una tensión que no cualquiera estaba dispuesto a tolerar. Aunado a lo anterior formar parte de la realeza incluye compromisos constantes que se deben cumplir estés o no estés en condiciones mentales para hacerlos.
Meghan comentó que llegó a pensar en no querer vivir. Buscó ayuda psicológica en el Palacio, pero no la hay para estos casos. Te toca ser fuerte por sí misma, algo que conoció muy de cerca su suegra, Lady DI. Pero, a diferencia de la fallecida princesa, Meghan sí contó con el apoyo de su esposo Harry.
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La familia como pilar de la sociedad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) plantea que la salud familiar se evalúa a partir de la capacidad de la misma para cumplir sus funciones, de la adaptabilidad y superación de crisis con sus propios recursos.

Esto hace considerar que la salud familiar es una categoría grupal. Cuando esta afecta nuestro equilibrio físico o emocional es sano alejarse. Los vínculos sanguíneos no son excusas para padecer afecciones mentales por lo que el sistema familiar exige, bien sea por inestabilidad del núcleo o por reglas que no nos permiten ser nosotros mismos.
Aunque Kate Midlleton y el príncipe William parecen estar muy cómodos con sus funciones y títulos reales, no es el caso de Meghan y Harry. Se trata de una pareja moderna que asegura no haber encontrado apoyo en su familia para enfrentar los problemas a los que se estaban sometiendo.

¿Qué es una familia tóxica? ¿Debemos alejarnos?
Una familia tóxica es definida como un sistema que afecta tu salud emocional. Esto le estaba ocurriendo a los duques de Sussex. Como todos miembros reales debían seguir ciertas normas que estaban incidiendo en el equilibrio de la pequeña familia que forman junto a su hijo Archie, quien ni siquiera recibió un título real.

Acoso de la prensa, una amplia gama de compromisos y lucir siempre sonrientes y perfectos, no es lo que a Meghan y Harry le hacían feliz. La felicidad debe ser un estado pleno de satisfacción contigo y tu entorno. No hubo apoyo, no hubo comprensión y sí mucho conflicto. Los duques de Sussex buscaron lo que considerad “libertad” y aseguran sentirse cómodos con su decisión.

Alejarse de la familia cuando esta se considera tóxica para nuestras vidas es totalmente necesario. Solo que en un sistema monárquico no todo el mundo tiene el valor de hacerlo. El príncipe Harry sacó a su familia de un sistema que afectó el equilibrio emocional de su propia madre en su momento y estaba en todo su derecho.
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