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La obsesión por la palta deja importante impacto hídrico

El consumo de este delicioso fruto se ha incrementado significativamente en Estados Unidos, país que sacia su antojo con importaciones de Chile y México.

Cuando un alimento es delicioso, además nutritivo, no lo podemos dejar. Ocurre con cada súper alimento de moda. La obsesión llega a tal grado que no vemos límites. Para los grandes productores representa una buena inversión, sin embargo, ¿conocemos los efectos secundarios de cosechas a grandes escalas?, ¿qué ocurre con las comunidades locales, mientras disfrutamos de sus productos importados? Este es el caso de la palta, o aguacate.

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Este fin de semana leí un interesante artículo de Katherine Martinko, en Tree Hugger, que hace una reflexión sobre el consumo de palta en América del Norte, incluyendo Estados Unidos y Canadá. La obsesión es tal que, cuando se acaba la temporada de producción en California, dependen de las importaciones originarias de México y Chile para satisfacer la demanda de este delicioso fruto.

El consumo del “oro verde” ha incrementado en los últimos años en tierras del Tío Sam. Su consumo dejó de estar relacionado a fechas particulares — como botana durante el Super Bowl o para celebrar el 5 de mayo —. Poco a poco la palta se convirtió en un alimento popular, gracias a los beneficios que ofrece a nuestra salud; una muestra de que, al menos, la población en Norteamérica está mejorando sus hábitos alimenticios.

Estos países disfrutan del aguacate todos los días del año, sin importar la temporada. En aquellos lugares donde se cultiva no lo están pasando bien. Especialmente en Chile, país donde la producción ha incrementado de 9.000 acres en 1993 a 71.000 acres en la actualidad. Cada acre requiere 3’785,411.8 litros de agua, lo que afecta a la seguridad hídrica de la región.

Entre enero y junio del presente año se registró un incremento del 225% en exportaciones, con respecto al mismo periodo del año anterior. En tanto, las comunidades cercanas a estos cultivos sufren la falta de agua.

Para algunos puede ser muy cómodo pasar por alto este problema, pensar que el Gobierno chileno debe mejorar sus medidas para enfrentar la sequía — algo que, sí, debería ser prioridad —. Sin embargo, se ha generado un tímido movimiento que busca crear conciencia entorno al problema, que al final es de todos. Así es como activistas hacen un llamado al consumo consciente de paltas.

Cuando comes un aguacate originario de un gran productor chileno, piensa en toda el agua que están usando, agua que las comunidades más humildes del país carecen. Es el agua que los hombres y las mujeres del país ahora no tienen para cubrir sus necesidades básicas. ˜ Rodigo Mundaca, cuenta a Civil Eats.

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México, otro de los grandes exportadores de aguacate a Estados Unidos, va hacia el mismo camino. El año pasado les conté sobre el cultivo de este fruto de los Dioses en Michoacán, donde ha dejado a su paso deforestación, destrucción de hábitats naturales y vulnerabilidad a especies endémicas.

Un efecto colateral que se espera de estas grandes producciones es el desabasto de agua. Por ello, científicos de Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) se han dado a la tarea producir un super aguacate que sea resistente al agua, utilizando métodos tradicionales y herramientas genómicas — un proceso que puede llevar años.

Es evidente que la industria de los alimentos aprovecha estos súper alimentos de moda para explotarlos al máximo. El suelo utilizado para monocultivos y el agua que se destina a su mantenimiento, genera un grave impacto ambiental en la región. Considerando estos factores, resulta importante una cultura de consumo responsable, prefiriendo productos locales sobre importación.

El caso de Estados Unidos representa un reto, que puede salir bien librado al balancear su alimentación y ajustarla a las temporadas del año — vamos, vivían bien sin consumir palta —. Desde nuestros países, podemos colaborar comprando a productores locales, pidiendo al Gobierno una mejor regulación y cuidado del agua. Todos podemos colaborar de igual forma disfrutando de una alimentación balanceada, sin caer en obsesiones.

Nota: Se recomienda comer sólo un cuarto de aguacate en cada comida; es una buena medida para aquellos que consumen este fruto con frecuencia.

 

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