A principios de 2020, Meghan Markle y el príncipe Harry anunciaron de forma repentina que se apartarían de sus deberes como parte de la familia real para trabajar externamente y buscar autonomía financiera, dejando boquiabierto al mundo entero.
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Lejos de tomarse como una acción valiente por parte de ambos, fue algo muy criticado por la forma en la que se dieron las cosas y las implicaciones que arrastraría. Sin embargo, conforme han pasado los meses, han mostrado cambios importantes, especialmente Meghan
La Duquesa de Sussex terminó siendo blanco de las críticas más crueles pues fue señalada por no haberse podido adaptar a las reglas y poner a Harry en problemas.
Ante muchos, su carrera de actriz y sus orígenes afroamericanos siempre fueron un impedimento para que ella se convirtiera en una mujer digna de un título nobiliario. Algunos sólo compararon a Meghan con Kate Middleton e incluso con la princesa Diana, asegurando que jamás estaría a su nivel.
El sufrimiento de Meghan era real, entre señalamientos por su pasado como actriz y por sus orígenes. También con su embarazo llegaron varias críticas por su aspecto descuidado pero ella nunca tambaleó y siguió soportando.
La decisión definitiva de Meghan fue cuando su hijo Archie fue parte de los cuestionamientos de la Familia Real y un blanco de los críticos de los royals británicos.
Fue durante la entrevista con la presentadora Oprah en marzo que reveló que había conversaciones racistas en torno a “qué aspecto iban a tener los hijos de Harry” ya que ella es mestiza y con raíces afroamericanas.
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También aseguró que cuando estaba embarazada se enteró de que la Casa Real no quería que su hijo fuera un príncipe ni que recibiera ningún tipo de seguridad.
Cuando Oprah le pregunta por qué estaba dispuesta a sentarse para una entrevista ahora, Meghan no dudó en mencionar la libertad que ha ganado desde que ella y Harry hicieron su salida real en marzo de 2020.
“Estamos del otro lado de muchas experiencias de vida que han sucedido. y que tenemos la capacidad de tomar nuestras propias decisiones. En cierto modo, no podría haber dicho que sí entonces, esa no fue mi decisión».
También reveló que la rivalidad con Kate Middleton siempre fue armada, una estrategia de los medios sensacionalistas para vender.
Meghan sintió mucha frustración cuando aún era miembro de la realeza. «Como un adulto que vivió una vida realmente independiente para luego entrar en esta construcción que es diferente de lo que creo que la gente imagina ….Es realmente liberador poder tener el derecho y el privilegio de alguna manera de poder decir que sí, de poder tomar una decisión por su cuenta y poder hablar por sí mismo».
Meghan ha recuperado su vida y Harry, sus hijos y sus proyectos personales han sido uno de sus pilares principales.
Ahora puede tener más privacidad con lo que trata de evitar los chismes, las envidias y todo ese drama que nadie necesita.
La ex estrella de Suits ahora tiene más control de su vida y sigue fortaleciendo sus propios proyectos. Mientras que alguno insisten que sigue viviendo de la fama de la realeza, ella ha sabido aprovechar la plataforma que esto le dio para difundir mensajes importantes para ayudar a otros.
Su proyecto más reciente es al lado de la actriz Melissa McCarthy, con quien está trabajando en una iniciativa llamada 40×40 para apoyar a mujeres que quieran reincorporarse al mercado laboral tras los estragos de la pandemia.
“Al reflexionar sobre mi cumpleaños número 40 y las muchas cosas por las que estoy agradecida, me sorprende que el tiempo está entre nuestros dones más grandes y esenciales: tiempo con nuestros seres queridos, tiempo haciendo las cosas que amamos, tiempo dedicado a aprender, reír, crecer y el tiempo sagrado que tenemos en esta tierra”, dice el mensaje de la Duquesa.
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