Ser mujer es vivir con miedo en un mundo en el que no estamos seguras. Todos los días, los encabezados muestran noticias desaparecidas, de cuerpos ultrajados, de atentados por parte de parejas y ex parejas y la justicia brilla por su ausencia.
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No hay día que no salgamos de casa con miedo de no volver. Ser mujer se ha convertido en una tensión constante al pensar que alguien puede estar acechando. No es paranoia ni tampoco exageración; es una realidad que vivimos todas.
El reciente caso de Priscila, una joven mexicana de Hermosillo cuyo cuerpo fue encontrado tras una cita con una persona que conoció en Tinder, abrió el debate en torno a la inseguridad a la que estamos expuestas a través de dichas aplicaciones.
La pandemia de Covid-19 ha hecho que conocer gente sea más complicado y las aplicaciones de citas han encontrado un campo de oportunidad para potenciar la socialización.
Priscila fue reportada como desaparecida desde el 27 de marzo pero este 1 de abril encontraron su cuerpo semidesnudo en una carretera rumbo a la costa. La Fiscalía de Justicia sonorense exhortó a la población a mantenerse alerta ante el uso de este tipo de aplicaciones y a extremar precauciones sobre la misma y las personas que se conocen a través de ellas.
Las mujeres tenemos la presión constante de encontrar una pareja, de salir y conocer gente; de experimentar y disfrutar al máximo nuestra sexualidad pero en estos tiempos donde las malas noticias en torno a la violencia machista son una constante, ¿cómo podemos sentirnos tranquilas en el plano de las citas?
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Amenazas y violencia tras la pantalla.
En enero de 2020, una mujer mexicana denunció que un sujeto de Tinder la amenazó después de que ella contactara a su pareja para decirle que él utilizaba la aplicación para citas.
“El día 21 de enero de 2020 me llega una amenaza de un perfil falso, que obviamente provenía de Josue, porque 10 minutos después de que le dijera a la chica, me llegó el mensaje atentando contra mi vida”, escribió en una publicación.

Desafortunadamente no hay forma de tener control sobre los usuarios que recurren a ellas puesto que es muy fácil engañar y hacerse pasar por alguien diferente. ¡Cómo podría alguien saber de las verdaderas intenciones del otro?
Los hombres pueden ser unos monstruos en línea, haciendo comentarios ofensivos y enviando imágenes íntimas no solicitadas. Y cuando crees que finalmente has encontrado a un tipo decente, tienes que preocuparte por la seguridad cuando te encuentres porque, después de todo, es un extraño. Lo único que nos queda es tener siempre un plan de emergencia y esperar siempre lo mejor sin bajar la guardia.
Un problema mundial
Una investigación de la ABC ha expuesto las espantosas amenazas de agresión sexual que enfrentan las mujeres en Australia cuando se «emparejan» con personas en Tinder.
Un caso notable es el del violador Glenn Hartland, un hombre de Melbourne que se declaró culpable de violar y agredir sexualmente a mujeres que conoció a través de la aplicación de citas. Fue sentenciado en la corte a 14 años y nueve meses de cárcel.
Otro caso que despertó la alerta en las mujeres fue el de un sujeto llamado Bradley Fiddler, apodado “Bradicus”, y su roomate canadiense Justin Marc o “Justin Hunter”, quienes iniciaron un negocio de cursos de “seducción en línea” por los que cobran hasta mil 897 dólares.
Juntos tenían un canal de Youtube en el que exponían desnudos de las mujeres con quienes salían alrededor del mundo. Utilizaban aplicaciones de citas como Tinder y Bumble para contactar a sus víctimas y obtener material.
Tras el escándalo suscitado en México, las víctimas que investigaron el caso se encontraron con que huyeron a Brasil pero lejos de esconderse, presumen lo ocurrido como un logro «de hombres».
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