No es muy fácil pasar por momentos complicados, pero ¿cuánto tiempo malgastamos en echarle la culpa a otros? Con esto solo logramos bajar nuestra autoestima y empeorar la situación e, irónicamente, esto es lo que menos queremos.
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De acuerdo con estudio publicado en Journal of Consumer Research, echar una mirada dentro de nosotros y aceptarnos incluso con nuestros errores puede ser la mejor forma de evitar las conductas de autodesprecio que tantas consecuencias negativas tiene en nuestra vida.
Relación entre autoaceptación y autoestima
Luego de realizar cinco experimentos diferentes, los autores del estudio, Soo Kim y David Gal, confirmaron que la práctica de la autoaceptación mejora nuestra autoestima porque podemos ser capaces de vernos cara a cara y sentirnos bien con nosotros mismos, a pesar de las fallas que hemos cometido.
Al aceptar los errores, podemos ver qué hicimos mal y evitar caer en la misma situación o empeorarla, haciéndonos sentir mal con nostros mismos.
Reconocer nuestras fallas también contribuye a reducir la probabilidad de involucrarnos en otras conductas perjudiciales. Además de aumentar la probabilidad de trabajar en la mejora de otras habilidades alternativas.
El cuidado de no exagerar
En uno de los estudios realizados por los investigadores, los integrantes leyeron sobre el concepto de autoaceptación y luego se les pidió que eligieran entre una revista de lujo o un libro de autoayuda y crecimiento personal.
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Como se predijo, los participantes estuvieron más inclinados seleccionar el libro antes que la revista, lo que indica el deseo de mejorar su autoestima y bienestar general.
Sobre el estudio, el portal especializado en salud mental Psicopedia, advirtió que, aunque está comprobado que los beneficios de la autoaceptación pueden incrementar la autoestima de una persona como un medio para promover el bienestar, debemos tener cuidado con el uso de elogios inmerecidos, que pueden aportar creencias poco realistas y expectativas acerca de sus habilidades.
“Cuando se socavan las creencias y expectativas de una persona, se puede dañar muy negativamente su autoestima. A diferencia de la autoestima, la aceptación de uno mismo, que es de por sí incondicional, puede preparar mejor a alguien para los inevitables fracasos, y en última instancia, constituye una alternativa menos volátil para la promoción del bienestar”, concluyeron los investigadores.
Otras consecuencias beneficiosas
Además de mejorar la autoestima, practicar la atención plena puede ayudar a muchas personas a reducir el impacto del estrés. En cambio, cuando no puedes aceptarte a ti mismo, esto se vuelve menos efectivo.
Sumado a lo anterior, si una persona padeces de una enfermedad física como la artritis reumatoide, por ejemplo, no aceptarse tal y como se es puede hacer que se sienta más ansioso con respecto a su cuerpo. En esta circunstancia, los pensamientos automáticos negativos aumentan.
“Esta falta de materia gris también puede aparecer en regiones del tronco encefálico que procesan el estrés y la ansiedad. Las señales de estrés de estas últimas regiones, a su vez, interrumpen las regiones de control emocional”, expone la fuente.
Y agrega: La baja autoaceptación puede interrumpir el control emocional de dos maneras: directamente, al interrumpir las regiones del cerebro que lo controlan, y también indirectamente, al aumentar las señales de estrés en el cerebro que posteriormente interrumpen estas regiones.
Fíjate en todos los ámbitos de tu vida, no solo en los que tienes éxito, sino también en los errores y fracasos. Saldrás más rápido de las circunstancias negativas y con más acierto para enfrentarlas situaciones que puedas experimentar más adelante. Serás más pleno y, en consecuencia, contarás con una mejor autoestima.
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