El thigh gap, otro de los peligrosos ideales de belleza

Lo que en México le llamamos tener “cañonazo”, se ha puesto de moda en las jóvenes. Se trata del thigh gap o el espacio entre los muslos, y consiste en que al juntar las piernas, los muslos no se toquen en ningún punto; una tendencia que percibe mayor aceptación en la medida que el hueco de la entrepierna es más notable.

Al indagar en las redes sociales donde abunda este tipo de thinspiration, se puede uno dar cuenta de que no solo es visto como un ideal estético, sino que es increíblemente exaltado al grado de ver tutoriales, recetas y ejercicios para lograr tener esta abertura.

Tener un thigh gap es un asunto más de genética, no todas las chicas lo tienen; y si no me equivoco, llegar a obtenerlo parece ir un poco más de allá de cualquier método saludable, y aunque la palabra “anorexia” mantiene una voz sutil en esta nueva obsesión adolescente, no sabremos hasta cuándo se vuelva un preocupado grito de alerta.

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Como la mayoría de las veces, la referencia a esta tendencia como tantas otras en cuanto a ideales de cuerpo y belleza, provienen de las pasarelas y sus delgadísimas modelos. Aunque cada vez, la sociedad y los organismos de salud vigilan de cerca a la industria de la moda para denunciar cuando se estén promoviendo parámetros poco sanos; parece que las chicas siguen inspirándose en las excepciones y toman como referencia a las modelos con cuerpos menos saludables.

Más y más chicas tienden a sentir devoción por el thigh gap, así como se ha visto por las resaltadas clavículas o la notoriedad de las vértebras en la estructura osea. Lo que ellas asumen como aceptable, evidentemente no lo es. Encendamos socialmente la señal de ALERTA y preocupémonos más por las adolescentes y sus ideales estéticos, porque para ellas estas pautas se vuelven su motivación para ser “perfectas” en un torcido mundo de irreales concepciones de belleza.