Maternidad

5 recordatorios para una mamá que se siente emocionalmente agotada

Sentirte agotada es completamente normal así que no te sientas culpable ni una mala mamá

El agotamiento y el estrés son síntomas totalmente normales de ser madre. Entre ir al súper, hacer las tareas del hogar, preparar las comidas y revisar las tareas de los niños, siempre hay demasiadas cosas que hacer. Y lo que es más, cuando te acabas de convertir en madre, hay todavía más responsabilidad por ese pequeño ser que depende completamente de ti.

La sociedad nos ha hecho creer que la maternidad es de lo más glamoroso y aunque tiene su lado hermoso, olvidan mostrar la crisis por las que todas pasamos. La maternidad te transforma y a veces hace que te desconozcas cuando te miras al espejo o vez tus fotos viejas en redes sociales.

Sí, tu bebé es tu gran tesoro y no cambiarías la experiencia por nada en el mundo. Pero la realidad es que a veces no puedes evitar llorar de lo cansada que estás. Una parte de ti se siente culpable por pensar en pausar todo porque sientes que el mundo te va a señalar de mala madre. La otra, pide a gritos tu cama y unos minutos de paz.

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Y es que mientras tu cuerpo sigue respondiendo y haciendo lo suyo, tu cerebro simplemente no puede más. 

Lo sé, esa lucha interna puede ser muy abrumadora por eso aquí hay cinco cosas que debes recordar si te sientes sobrepasada por el agotamiento. 

1. Respira profundamente

Algo tan simple es tan fácil de olvidar. Respirar profundamente no resolverá las cosas pero te dará un descanso mental necesario. Haz 7 respiraciones lentas con los ojos cerrados. Es excelente para hacer durante una transición estresante, como llegar a casa del trabajo o cuando te sientes cansada de atender la casa. Es una forma abreviada, pero eficaz de meditar.

2. Está bien decir «no» (de hecho, tienes que decirlo más seguido)

Si estás emocionalmente agotada, es probable que quieras tirar la toalla a la primera oportunidad. No lo hagas, basta con que aprendas a decir «no» a ciertas cosas. 

-Aprende a decirte que «no», que dejes de pensar en el «qué dirán» o que te van a señalar por querer descansar. Esto también incluye dejar de torturarte por pensar que tienes que cumplir con todos al momento. El mundo seguirá girando si no le «resuelves» la vida a los demás.

-Aprende a decirle que «no» a tu pareja. No tienes que correr siempre que no puede hacer algo en la casa. Puedes ayudarlo en lo que puedas pero tienes que dejar que se ocupe de su propias responsabilidades. Esto es un trabajo de dos y no puedes cargar todo el peso sola.

-Aprende a decirle que «no» a los otros. Si acabas de tener un bebé y no quieres visitas dilo. Si tienes hijos de dos años o cinco o los que sean y no quieres ningún plan con nadie, dilo. No tienes que quedar bien con nadie.

3. No te culpes por quienes se han alejado de ti 

Todo cambia cuando te vuelves mamá. Habrá personas que se queden en tu vida y otras que se hayan ido de ella. Es completamente normal, después de todo tu rutina cambió. Pero ante todo, no debes sentir culpa por ello. Puede que incluso sea lo mejor para ti pues quienes se queden contigo, son quienes están dispuestos a apoyarte en tu lucha. También trata de entender que no todos tienen la capacidad para ayudarte, no porque no quieran, sino porque no saben cómo. Sé optimista, deja de ver a los demás, enfócate en ti.

4. No hay nada malo en pedir ayuda.

Por alguna razón, muchas mamás piensan que pedir ayuda es inaceptable, que es símbolo de debilidad o fracaso pero no es así. Al contrario, se requiere mucha fuerza para aceptar que necesitas ayuda y es un gran alivio una vez que la obtienes. Habrá personas, familiares, amigos, que estarán encantados de hablar contigo y tratar de entender lo que pasa pero también hay un punto en el que quizá necesites a un profesional de la salud que te guíe en tu lucha. No tengas miedo ni te avergüences por ello.

5. Tu cansancio no te define 

No eres «un fracaso» ni tampoco eres «una mamá cansada», «una loca» o «una exagerada». Eres un ser humano, con defectos y virtudes que te hacen única. El agotamiento que sientes ahora es solo una pequeña parte de ti y no tendría por qué definir cuánto vales o quién eres. Antes que este cansancio, eres una hija, una hermana, una amiga y una madre; eres una artista, una deportista o una mujer de negocios. Eres amable, cariñosa, introvertida o extrovertida,  sensible, empática y sobretodo una mujer muy fuerte. ¡Eres mucho más que esas ojeras que ves en el espejo!

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