Ver a las personas servirse agua directo de un grifo, eso para mi sólo sucede en ficción, en películas y series de televisión extrajeras. En esas mismas donde bromean *aquella vez que viajé a México, tomé agua “de la llave” y me enfermé*. Intenta tomar agua directo del grifo y veamos qué pasa.
PUBLICIDAD
Ya lo sabemos, los mexicanos somos adictos al agua embotellada, tan esa así que ocupamos el primer lugar en este consumo a nivel mundial. Según un estudio realizado por Beverage Marketing Corp., cada mexicano consume un promedio de 61.8 litros de agua embotellada al año; el doble que en Estados Unidos o Italia. Y, se preguntarán, qué ocurre con estos datos.
Amílcar Salazar, de La Silla Rota, platicó con Verónica Martínez, directora del Consejo Consultivo del Agua A.C., quien plantea en entrevista puntos interesantes relacionados con esta realidad mexicana.
- En los últimos 4 años, el consumo de agua embotellada se ha incrementado en un 50%
- Casi el 70% del consumo es por garrafón (20 litros), un reflejo de la desconfianza al sistema de agua potable.
- El mexicano está dispuesto a asumir el gasto en agua embotellada con tal de garantizar calidad.
Esta misma desconfianza hace que México sea un blanco fácil para las empresas internacionales. Con campañas publicitarias efectivas, un mensaje de bienestar y un programa que incentive tomar agua natural, el consumo de agua se ha disparado de manera significativa.
¿Es seguro tomar agua de grifo?

En teoría, el sistema de agua potable debería salir de la planta con una calidad óptima para su consumo. Sin embargo, esta agua se puede ver afectada en algún punto del proceso de distribución.
Según un estudio de la Universidad Autónoma de México (UNAM), en 100 muestras del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, se encontraron…
“al menos 84 microorganismos de nueve especies de bacterias y virus diferentes, entre las que destacan la bacteria Helicobacter pylori, asociada a úlceras y cáncer gástrico; la E-coli, causante de diarreas e infecciones del tracto urinario; el virus Legionella, factor de la hepatitis A, y rotavirus, que provoca enfermedades del hígado y en las vías respiratorias.”
PUBLICIDAD
¿Listos para servirse un vaso de agua? De acuerdo con Verónica Martínez, esta alteración del agua puede suceder en dos momentos:
- Las condieciones de la red de distribución, que puede estar vieja o en malas condiciones, además de atraer agentes contaminantes.
- En el domicilio, cuando no hay un mantenimiento adecuado del tinaco.
El agua es potabilizada y tendría que llegar a casa libre de microorganismos, sin embargo, no es así. Lo peor, no se sabe dónde y cómo se contamina. ¿Quién tendría que determinar esto?, ¿quién da las soluciones?
Agua, estrategias y política
Durante el mes de abril, el presidente Enrique Peña Nieto presentó el Programa Nacional Hídrico 2014-2018, el cual tiene como objetivo una reforma integral y la modernización del sector agua.
Entre los cuatro capítulos del programa, habría que prestar atención al tercero que establece objetivos, estrategias y líneas de acción. En él se busca, entre otras cosas,
- Fortalecer el abastecimiento de agua y el acceso a los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento, incrementando la cobertura de estos servicios, mejorando la calidad del agua y la infraestructura para su distribución, así como la ampliación y mejoramiento del uso de fuentes de agua alternativas como la desalinización y cosecha de lluvia.
Sin duda una cartita a Santa Claus que en papel suena genial, pero hasta que no haya las herramientas indicadas para llevarlo a cabo, seguirá siendo eso, una bonita idea, una petición. Como señala Martínez,
Al leer el Plan Nacional Hídrico lo que se ve es que si eso se implementara sería el mundo ideal. Presenta principios básicos muy bien sustentados y esenciales para una gestión integral del agua; sin embargo, lo que hay que ver son los mecanismos a través de los cuales se van a ejecutar las acciones y aterrizar los resultados […] Está bien partir de ideales, partir de la carta a Santaclós […] no pueden pensar solamente en desarrollo económico sin pensar en una visión ambiental del tema del agua, o sin pensar en un tema de salud pública.
Alternativas al agua embotellada

Mientras se mejora el sistema de agua potable, tenemos alternativas para evitar el impacto ambiental relacionado al consumo de agua. Podemos renunciar a las botellas invirtiendo en purificadores de agua.
Considerando la demanda de agua y, por otro lado, el impacto ambiental que representa en botellas, existe la tendencia de invertir en purificadores de agua. Pueden ser regulares o con mineralizador, para alcalinizar el agua. La inversión de estos equipos ronda entre los $2 mil y los $8 mil pesos mexicanos, dependiendo la marca.
Por lo pronto, si me preguntan ¿tomas agua del grifo?, la respuesta es no, no me atrevería porque sé que voy a enfermar. El sistema de agua potable podrá hacer lo suyo pero en el momento que ese preciado líquido llega a la red, muchas cosas pueden pasar para contaminarla.
Mejor confiemos en los purificadores y, con ello, disminuyamos nuestro consumo de agua embotellada.