El espíritu viajero del salmón Chinook se ve apagado por la sequía que se vive en California así que millones de crías de salmón de unos seis meses de edad se ven obligados a viajar “de aventón” en grandes tanques de camiones, lo que hace su viaje al océano mucho más peligroso pero necesario desde que el sistema de ríos tampoco es seguro para su migración.
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Durante años el salmón ha sido transportado de esta manera, principalmente para los criaderos pero este en especial aumentó su porcentaje de pasajeros a cerca de 27 millones de crías, es decir 50% más de lo normal.
Tan solo Coleman National Fish Hatchery libera 12 millones de crías de salmón cada primavera en un afluente del río Sacramento. De éstos, tuvo que transportar 7,5 millones a la bahía de San Francisco porque nadar esas 300 millas es demasiado peligroso para ellos por la misma sequía.
A pesar de que el salmón no es un pez pequeño, las crías miden apenas unos centímetros. Antes de liberarlos al mar tienen que aclimatarse al agua en grandes redes que flotan en los embarcaderos. El mayor riesgo de acortar el viaje es que estas crías no sabrán nadar de vuelta a casa en tres años para desovar y tendrán que llevarlos de la misma forma en que fueron traídos.
Es una tristeza que la migración del salmón tenga que ser así pero mientras las condiciones no mejoren no podrá ser de otra manera aunque se espera que algunos vayan y regresen de forma natural. La pesca recreativa y la comercialización son uno de los principales motores por los que la migración del salmón se hace de esta manera, sin embargo conservar la especia debería ser la primera razón para hacerlo.
Si esto no es una señal de que debemos ayudar a frenar el cambio climático no sé hasta dónde tendremos que llegar. Para los aficionados de la pesca esta forma de criar salmones puede ser una solución, pero no es lo natural y deberían ayudar a proteger el ecosistema del que toman tanto. En general todos podemos aportar algo, es cuestión de querer regresar algo a la naturaleza de la que vivimos.