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El impulso a la producción de biocombustible en México

Aún con en importante rezago en tema de sustentabilidad, nuestro país marca una tendencia hacia las energías renovables. Se generan proyectos que van sumando en el campo de los biocombustibles.

Mientras nos seguimos preocupando por nuestra dependencia al petróleo, México desarrolla tecnología para la producción de biocombustible. Cada vez son más las inversiones destinadas a las energías limpias y renovables, proyectos científicos y empresariales que apuestan a la tendencia verde. Somos conscientes del retraso que tenemos en el tema de sustentabilidad en general. En el caso de las energías, al menos, salimos bien librados.

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En México tenemos proyectos que buscan aprovechar los desperdicios de la industria. En el caso de los hoteles y restaurantes, los aceites comestibles que desechan son material indispensable para la producción de biodiésel. En el caso de la agricultura, científicos desarrollan un proceso para aprovechar retazos y bagazo para la producción de bioetanol. En el sur del país, con estos mismos sobrantes se genera energía eléctrica.

Recientemente surge una nueva propuesta en el campo de biocombustibles, de la mano de investigadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Con ellos nace BioLets, empresa que genera biocombustible a partir de micro algas; un campo que poco explorado en nuestro país hasta la fecha.

Las algas son una fuente ideal de energía por la variedad de beneficios que ofrece; más allá del simple biocombustible. La producción de esta micro planta a nivel industrial permite cosechar biomasa cada 4 días; lo que significa 2 toneladas mensuales. Con el aceite que se encuentra en este producto se puede desarrollar biogasolina y bioturbosina, sin contar un tipo de alcohol.

La empresa tiene una visión integral de las micro algas, considerándolas para el tratamiento de aguas residuales. Entre sus características, estas fascinantes plantas está el consumo de metales pesados, compuestos orgánicos y químicos. Otro beneficio que dejaría la apuesta a biocombustible de este tipo de manufactura.

Por último, de la biomasa no sólo se genera biocombustible; otro de sus derivados es la espirulina, suplemento lleno de proteína vegetal, vitamina y minerales. BioLets ha aprovechado todo los aportes de la micro alga, convirtiéndola en una energía verde por excelencia por sus múltiples beneficios.

En otra instancia, México se ha considerado innovador en el uso de biocombustible por parte de aerolíneas. Su producción a base de jatrofa ha permitido un ahorro de 1.437 kilos de combustible y 4,5 toneladas de emisiones de dióxido de carbono. Son cifras optimistas, que esconden una falla en su producción.

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De 4 mil metros cuadrados de cultivo de jatrofa, se obtienen 700 litros de combustible al año; en el caso de las algas, se calcula un logro de 275 mil litros. El biocombustible derivado de la jatrofa tiene un costo muy alto en cuanto impacto ambiental. Estos tipos de cultivo requieren grandes espacios — claro, en monocultivo — e importantes cantidades de agua. Se obtiene energía verde, ¿bajo qué precio?

Existen mexicanos haciendo su tarea, impulsando la producción de biocombustible en México. Energías verdes que son una alternativa a nuestra dependencia al petróleo — una apuesta que debe cambiar, tarde o temprano —. Lo importante en el sector será seleccionar las propuestas de producción que causen un menor impacto en nuestro campo, que aproveche el material que se desperdicia y, si se puede, ofrezca otros beneficios secundarios a la obtención de biocombustible. Las investigación en algas hicieron esto posible.

Link: El Financiero
Foto: Ecología y Campo

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