La noticia de la muerte de Naya Rivera ha causado gran conmoción en el mundo del espectáculo. No importa si eras fan de Glee o si no conocías la trayectoria de la actriz, sin duda se trata de una pérdida que de algún modo se siente cercana.
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La actriz fue una inspiración para muchos gracias a su rebeldía en Glee pero en la vida real, también demostró una gran fortaleza y entrega como mujer y como madre.
Según los reportes, Naya habría salido a dar un paseo en bote con su hijo Josey de cuatro años al Lago Piru, ubicado al sur de California. Cuatro horas después, el pequeño fue encontrado solo, estaba dormido en el bote y no había rastro de su madre.
Muchos esperaban encontrar a la actriz con vida sin embargo, con el paso de las horas, la esperanza se volcó a encontrar su cuerpo para despedirla con la dignidad que merecía. Fue el lunes cuando Naya apareció flotando en el lago y las autoridades relataron el testimonio del pequeño Josey: «(ella) reunió suficiente energía para llevar a su hijo de regreso al bote, pero no lo suficiente para salvarse«.
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Para los fans, Naya será por siempre «Santana López» pero para su hijo, será «mamá». La angustia de muchos es que él vio cómo ella se hundía en el agua y cómo no regresó a su lado. Pero pensar que hizo todo porque él estuviera bien, nos pone a reflexionar sobre el amor de madre y los sacrificios que una siempre va a hacer por proteger a los suyos.

Naya pudo haber vivido situaciones muy complicadas en el pasado pero su hijo siempre fue su motor de vida. Ella siempre se mostró sonriente a su lado, no importaba si tenía disfrazarse de Batman o si tenía que hacer algún baile ridículo. En sus fotos se refleja una gran complicidad entre ambos.
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Sí, Naya era actriz pero antes que nada, disfrutó las mieles de la maternidad por cuatro años y aunque no esté físicamente, seguirá siendo una madre para Josey. Porque el amor de mamá es infinito.
Ser mamá te hace una mujer más fuerte y tus decisiones se van hacia lo que es mejor para los tuyos. Dejas de pensar en ti y ellos se vuelven tu prioridad.
Naya usó todas sus fuerzas para salvar a su pequeño del peligro, quizá sabía que eso la ponía en peligro a ella; pero una madre no piensa en ella cuando sus pequeños la necesitan.
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Nunca nadie sabrá exactamente lo que pasó más que el pequeño Josey pero aunque mamá ya no esté, crecerá con el recuerdo de lo fuerte que siempre fue. Sólo él sabe lo que ella significó en su vida y sólo él sabrá cómo hacer honor a todas aquellas lecciones que le dio.


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