Si andas entre los 20 y 30 años, si sientes que ya luego de la quincena o del pago mensual no te alcanza ni para el bus, y lloras con las facturas, te contamos que ‘la pobreza te está respirando en la nuca’, tal y como le pasaba a la ‘Peliteñida’, Patricia Fernández, en ‘Betty la Fea’.
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La secretaria de Armando Mendoza era ejemplo de arribismo, materialismo y vanidad ante una situación económica deprimente. Esto, luego de su mal divorcio donde se quedó con un auto y apartamento. Al final, su auto fue embargado.
Pero en 2023, muchos ya no juzgan a la rubia por su actitud, sino que precisamente comparten sus vivencias. Esto, porque sus sueldos ya no compensan su cantidad de trabajo, por su nula inteligencia financiera y porque sí, son un desastre (como ella) eligiendo hombres.
Señales de que ya eres una Patricia Fernández y la entiendes más que nunca ya de grande
Tienes poca inteligencia financiera
Probablemente en el colegio te enseñaron “valores”y a rezar el rosario y perdiste física y cálculo, pero no te enseñaron lo que era el ahorro y te vuelves loco o loca o locx con tonterías que justificas con el “para eso trabajo”. Y con el para eso trabajo ya las facturas te ahogan o te toca comer atún antes de la paga.
La pobreza te está respirando literalmente en la nuca
Si vives de cuentas de cobro, de freelance, de contrato de prestación de servicios y a menos que trabajes en un buen lugar, tu situación es como la de la ‘Peliteñida’: eres pobre con pinta de rico o sabes lo que es no tener para el almuerzo o cena alguna vez.
Eso, si cumples el punto uno. Y si tienes un trabajo mal pago o donde no pagan a tiempo, es probable que vivas al día.
Eliges muy mal a tus posibles parejas
Nadie dice que finjas embarazos, como la pobre Patricia. Pero quizás, como ella, tienes los mismos patrones para elegir hombres. En su caso, ella los elegía por su dinero y por lo que podía darles (incluso pensó en ser su pareja, y tanto Daniel y Mario la despreciaban).
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En tu caso, puede que por otras razones que sean malas para ti, los eliges. Y lo sabes. Y a los tipos buenos que están frente a ti (en su caso, Nicolás), ni los hueles.
Estás en un trabajo que sabes que odias: pero sigues haciéndolo
Porque como mucha gente en Latinoamérica, no tienes opción. Patricia no quería ni trabajar ni sabía cómo, en tu caso, puede que tengas otros sueños, pero como ella, te tienes que quedar porque necesitas el trabajo.
Las cosas pequeñas de la vida son las que le dan sentido a tu existencia proletaria
Los gurús de las finanzas dicen que no hay que hacer “gastos hormiga” para tener dinero a fin de mes. Llámese comprarse algo, sea ropa, café, o salir. Pero precisamente, la protesta es que muchos tienen una vida miserable y que no van a renunciar a darse pequeños gustos para sobrellevar una existencia gris.
Como Patricia, que iba al gimnasio y que igual cuando aprovechaba iba a Le Noir. O si podía, se compraba ropa. No, no es que justifiquemos la irresponsabilidad financiera, pero ahí ella tenía al menos un poco de consuelo.
¿Y tú te identificas con la Peliteñida?