Nacemos sin pensar en quién es hermoso y quien no. A medida que crecemos, nos damos cuenta de los prejuicios sociales y caemos en el patrón del mundo. Si el mundo dice que los muslos gruesos y las caderas estrechas son hermosos, lo creemos. Si el mundo dice que ser delgada es hermoso o tener una piel de seda, lo creemos.
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Pero las reglas están cambiando y pensar que todos aceptan una idea universal de belleza parece algo ilógico. Es ahí donde nace Miss Virtual World, un concurso de belleza que busca romper con el estereotipo de aquellos certámenes que terminan convirtiéndose en una larga lista de “peros” para quienes sueñan con ser “las mujeres más hermosas del mundo”.
Gracias a inDriver, patrocinador oficial del certamen, tuve la valiosa oportunidad de acercarme a las participantes, quienes compartieron su visión de lo que es la belleza, así como sus impresiones del certamen.
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Sin duda, las 7 finalistas no sólo se convirtieron en dignas representantes de sus países, sino de lo que es Miss Virtual World. Cada una dejó claro por qué estaba ahí. La belleza de cada una es simplemente única, así como sus motivaciones en la vida y la razón por la que se sienten orgullosas de ser quienes son.
Pensar que Aranza Castillo (Perú), Kelly Reales (Colombia), Mayara Kallyne (Brasil), Jessica Vargas (Ecuador), Alanys Estephanye (Chile), Alyona Portniagina (Rusia) y Lucy Gerald (Tanzania) se trasladaron desde sus países hasta el estado de Quintana Roo, en México, me hizo creer que existe un cúmulo de ilusiones y expectativas en ellas que las ha llevado a llegar tan lejos, no sólo en esto sino en sus vidas.
“Los concursos de belleza suelen tener un montón de requisitos y de pronto sale esta idea de que nada de eso es necesario para tener una corona. Miss Virtual nos incluye a todas las mujeres y que por el hecho de ser tú, ya puedes ser la reina del mundo”, comentó Kelly Reales de Colombia.
Quizá las chicas tenían sus dudas en torno al concurso, después de todo, se lleva a cabo vía redes sociales pero el prestigio del patrocinador y el apoyo de su gente, las llevó a tomar la decisión de participar. Después de todo, se trataba de una nueva forma de inspirar a otras mujeres.
“He estado en varios concursos y este me encanto porque no tiene ningún estereotipo. Aquí tú eres libre, puedes participar con la fotografía que quieras y la gente vota por ti por como eres. No necesitas tener una cintura pequeña ni ser tan alta, para participar. Es un concurso que nos hace creer en nuestra verdadera belleza”, comentó Alanys Estephanye, quien no sólo llegó para demostrar que las chilenas son hermosas sino que también, espera levantar el ánimo de los suyos, ahora que su país atraviesa momentos complicados.
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Al ver a las chicas brillar con luz propia, resulta inevitable preguntarse ¿por qué permitimos que nuestra sociedad y nuestra cultura determinen lo que es bello? ¿No sería mejor adoptar la filosofía de que todas somos hermosas a nuestra manera? Es momento de decirle adiós a los estándares, adiós a la barreras.
Todas tenemos días en los que nos sentimos terribles, pero también, días en los que nos creemos verdaderas princesas y está bien, lo importante es no permitir que nadie defina nuestro valor.
“Mírate todos los días al espejo y di que eres una princesa. Todo lo que le digas al espejo va a rebotar hacia ti. Si insistes en resaltar ese grano que tienes en la cara, todos lo van a ver pero si te dices que te ves hermosa, así te va a percibir el mundo”, aconsejó Jessica Vargas, de Ecuador.
Y ya que en este certamen no existe una definición única de lo que es la belleza, fue interesante descubrir qué es lo que cada una creía bello en su persona:
Aranza: Que soy muy espontánea y hago amistades muy rápido.
Alanys: La perseverancia que tengo del día al día
Kelly: Soy muy optimista. Si es algo negativo, trato de sacarle lo positivo.
Mayra: Creerme que soy bella.
Lucy: Mi pasión y mi corazón.
Alyona: Siempre trato de ayudar a otros.
Jessica: Mi autoestima
Si algo admiro de todas ellas es la fuerza con la que llegaron a la etapa final del certamen. Un fuerza que definitivamente viene de sus entrañas, de creerse esas reinas de belleza que se ven en la pantalla, aunque de una forma más real. Y claro, la forma en la que demostraron que no tienen por qué existir barreras entre nosotras las mujeres.
La vida es una batalla sin fin por el amor propio, un viaje continuo para encontrarte y redefinirte, sin dejar que los estándares determinen tu valía. Aprendamos de Aranza, Alanys, Kelly, Mayra, Lucy, Alyona y Jessica, pero también de todas las chicas que participaron, de quienes ganaron y no pudieron estar, pero sobretodo, de esas mujeres fuertes y hermosas que nos rodean día a día.
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