No romanticemos la violencia
Varios medios nacionales comenzaron a titular sus noticias como: «Naomi, la mujer que dio todo por amor». Un título digno de una novela; una forma inteligente de dar a entender que el protagonista de la protesta fue un sentimiento capaz de vencer guerras, manifestaciones, y cualquier obstáculo.
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La historia podría funcionar para la ficción, pero no contiene la mitad de la verdad.
Solamente se logra desviar la atención de lo importante: esta protesta apenas está comenzando y no puede terminar tan fácilmente. No fue el amor lo que incitó la acción, fue la humanidad y la supervivencia.
No pintemos una masacre como una novela. México y sus estudiantes merecen mucho más, y entre ello se encuentra no romantizar la violencia a la que fueron expuestos Naomi y Joe, así como otros cientos de jóvenes.
Nadie habla sobre el estado de salud de Naomi
Mientras los medios usan frases como «escudo humano», «su amor logró salvar una vida», ella se encuentra con graves heridas. Pero de eso nadie habla, las magulladuras reales de su cuerpo no venden tanto como su historia de amor.
La joven tiene esguinces cervicales, fractura de nariz y golpes en la cabeza, sin embargo, se encuentra estable y por ello no es digno de ser mencionado. No hay información sobre su estado de salud, nadie está al pendiente.
«Sufrió contusiones graves en el cuello (tiene) un esguince en la nariz. En la foto está todo, gracias a su mochila se vieron parados (los golpes), aún así ella está bastante golpeada y tiene que seguir yendo al doctor», Jimena Meza
Solamente la ponen como una mujer que cubrió a su hombre por amor. Claro que hubo amor, pero es mucho, mucho más que eso. Los ideales de miles de jóvenes no se simplifican en el romance que los medios nos están vendiendo.
La importancia de la protesta
Las autoridades están desviando recursos, la corrupción ha penetrado profundamente en la máxima casa de estudios, y aún así los medios prefieren mostrar a jóvenes revoltosos o volver una novela un acto que fue la supervivencia de dos seres humanos llevados al límite ante la agresión.
Los grupos de poder prefieren esconder lo que ha cargado en secreto tantos años esta universidad; los medios solamente están pendientes por vender y hacer números; y la gente simplemente quiere su comodidad y las calles libres.
No hay unidad, no hay veracidad, y es terrible la falta de empatía con la que vivimos. México necesita más que nunca a su gente informada de los derechos nos han sido arrebatados por años.